miércoles, 20 de febrero de 2013

CAPITULO 1.10: EL JURAMENTO

“Jura usted cumplir y hacer cumplir todos los deberes y derechos contemplados en la constitu… jajajajaja aaajajajaja que ridícula me siento juramentando esos trozos de carne quemada por Dios jojojojo…”



La Mona Luisa se hizo ver a primeras horas de la madrugada, por la prensa nacional e internacional, en el Hospimil para realizar una juramentación misteriosa e ilegal del Comandante Panelo. La pobre ya tiene 3 horas tratando de juramentar los restos del cuerpo de Panelo, pero las risas y el escrúpulo no la dejan culminar sin reir.

Panelo fue reconstruido por los cubanos después del desastre dejado por Juancito Tucupey, pero el nuevo operador de la ThermoWell D400 es un iraní. Hassan es mal encarado, fiel a su cabra y al Corán. Ojitos lindos no ha podido volverlo a comprar para sabotear el sueño criogénico de su Comandante.

Pero el sabotaje de Ojitos lindos en el piso 8 del Hospimil si dio un resultado; cambiar las reliquias del Comandante a una de las cientos de quintas lujosas dentro del Fuerte Cacique, principal instalación militar del país. Allí, llegado el momento Ojitos lindos y sus colegas narcosoles podrán echar mano de su comandante sin pedir tantos permisos.

 El resto del país cree que el comandante está en el Hospimil y de hecho la mona Luisa entró por la puerta principal para luego salir por una calle secreta.

 Los periodistas tratan a como dé lugar de presenciar la juramentación del Comandante. Pero caen en manos de un grupo de enfermos del piso psiquiátrico. Liberados y manipulados por el G2, los enfermos tienen como objetivo hacer creer a todos que Panelo no solo está en el Hospimil sino que deambula por el Hospital con una salud envidiable. El grupo de cámarógrafos y comunicadores sociales es liderado por un paciente voluntario obsesivo compulsivo, que no descansará hasta ver al Comandante. El mitómano afirma haber conversado largamente con el Comandante. El esquizofrénico no solo lo ha visto sino que lo oye constantemente. El depresivo llora porque todos lo han visto menos él. El masoquista espera verlo para que devalúe otra vez la moneda. El suicida espera el momento oportuno para sacrificar su vida a cambio de su salud plena. El sociópata dirá donde lo vio si le pagan y el sádico dirá donde lo vio si le dan sexo.

El Autobusero rompe la lacra que sella el sobre enviado por Raúl con nuevas leyes y decretos firmados por El Artista para martirizar al pueblo.






 
Pero como las ratas del flautista de Hamelin, los pobres seguidores de Panelo se unen a la locaina que recorre los pasillos del Hospimil. Mientras que los detractores siguen preguntándose ¿DONDE ESTÁ PANELO?

Nadie reclama ni reclamará, la situación económica ni la burla leguleya del Autobusero y su combo. Nadie extraña la Harina Arepa, ni el desodorante, menos el jabón. Como un hechizo de magia negra digitalizado e irradiado por un satélite chino sobre el territorial nacional, los venezolanos nadan en el mar de las almas perdidas, sin rumbo, sin objetivo, sin concentrarse en las verdaderas necesidades, mientras un Panelo espectral navega en su barca de mentiras guiada por Caronte y luce su banda presidencial, como debe ser, ya que fue juramentado.

La Mona Luisa da su último vistazo al sarcófago electrónico y blindado donde reposan los restos de su Comandante. Y después de decirle cual solterona al santo de la iglesia “Gracias por los Favores Recibidos”. Exclama con curiosidad: “¿Chico y los pulgares del Comandante? ¿Y por qué ese ojo se ve como hundido?”

No se pierdan el CAPÍTULO 11: LA ENTREVISTA en la única novela donde todo puede ser cierto y la historia avanza y retrocede. Como vaya viniendo vamos viendo.







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