domingo, 15 de diciembre de 2013

CAPITULO 2.4: GERENTE DE ESTACIÓN


Panelo ha secuestrado el tren que esperaba en los andenes de Auschwitz. Rápidamente se dirige a la cabina del operador, abre la puerta y el operador alarmado trata de pedir auxilio, pero Panelo lo desmaterializa con el arma del guardia. Entre el humo negro, Panelo toma el control del tren.




 -Buenoooo vamos a ver cómo fue que Pastor Malchocado me enseñó a manejar esta guarandinga. Le pongo la palanca esta hasta arriba-. Panelo acelera peligrosamente el tren.
 
Panelo observa el diagrama de las estaciones. –Según esto tengo que llegar a Berlín Hapupapoverga Jih Jiiii y luego cojo el tren pa Caracas meeeejmaaaa.
 


“Chivo Negro”, Virgilio y Pedro (@Gochirila) observan lo que ocurre desde el vagón contiguo. Cual reality show la cámara de Pedro no ha dejado de grabar toda la escena.

-¡Virgilio, los Ángeles Guardianes se han quedado!-, exclama “Chivo Negro”.

-No te preocupes, ellos deben venir volando detrás de nosotros. Incluso de seguro ya pidieron ayuda.

-Pero ¿cómo nos van a alcanzar?, ellos seguro usan alas de paloma, para ir a la velocidad de este tren deben usar una turbina-. Explica Pedro angustiado.
-Los ángeles no usan alas desde que Wilbur Wright llegó con nosotros en 1912. Y vuelan más rápido de lo que te imaginas-. Explica Virgilio.
 

-Bueno no es raro, tienen rayos en los ojos, ya no usan espadas como me contaba mi abuelita.

-¿Espadas?, eso sí que es medieval. Los ángeles usan rayos de potencia variable integrados a su sistema visual desde que ustedes apenas inventaban la ametralladora en 1861. Hijo, en el Cielo hay más Ingenieros Mecánicos, Aeronáuticos,  Electricistas y de Sistemas  que Sacerdotes, Pastores y Monjas juntos. Dios creó a los humanos, pero el cielo ha cambiado en la medida que los humanos han evolucionado.


-Hey otra cosa, vi que aquí a la gente cuando le disparan se convierte en humo negro. Si ya estamos muertos, ¿Será que nos volvemos a morir o algo así?-. Pregunta “Chivo Negro”.

-“La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma” Lavoisier, física de la escuela señores. Nosotros como espíritus somos una forma de energía. Morimos cuando nos separamos del cuerpo material, la “masa”, pero si nos disparan con las armas de este mundo, nos convertimos en lo que realmente somos, electrones, protones, neutrinos y bozones.

-En pocas palabras “Chivo Negro”, nos vuelven a matar y esta vez sin velorio ni entierro.

El Gerente de la estación Berlín Hauptbahnhof observaba la marcha de las rutas de desde su despacho, en la oficina de cristal ubicada al fondo de la sala de control de esa importante estación de transferencia, cuando de pronto es advertido por uno de sus supervisores que el tren que viene de Varsovia ha pasado de largo y a una velocidad inusualmente rápida. Casi al mismo tiempo el teléfono rojo, el de las emergencias, suena.

El Gerente conversa brevemente y al colgar, le informa al supervisor que debe activar el protocolo de emergencias. El tren que viene de Varsovia parce haber sido secuestrado. El Gerente toma el mismo teléfono y hace una llamada.

-¡Silencio! ¿Oyen eso?- Interrumpe “Chivo Negro” la conversación filosófica entre Virgilo y Pedro dentro del tren secuestrado por Panelo.

-Es un teléfono… ¡Es el teléfono de la cabina!- responde Pedro.


Panelo se asusta con el repique del teléfono de la cabina pero a él no le interesa contestar, sólo llegar a su destino y ejecutar su nuevo plan macabro.

Los tres periodistas van a la cabina trasera para poder responder el teléfono. Pedro responde de inmediato.

-¡Hola, auxilio, han secuestrado el tren!

-WE WEO WE WEO EO EO...

-Ok, me calmo. Panelo desintegró a los operadores y a los oficiales y está usando el tren para escapar.

-¡WAWA! ¿...NELO? ¿WAWA CONGELAO? ¿UH?

-Si, si estaba congelado pero, es un cuento largo. Creemos que va para el mundo de los vivos.

-WA WAO WEO WEO.

Pedro cuelga el teléfono con una ligera sonrisa y le cuenta a “Chivo Negro” y a Virgilio, -Era un tipo que se llama como Simón Bolívar, dice que es gerente de la  próxima estación ¿Qué tal?- Pedro observa sonriente a sus dos compañeros con rostros inexpresivos. –No  me digan que ese sujeto que llamó es…

-¡Por supuesto hijo, es el mismísimo Simón Bolívar! El fue una de las primeras personas que entrevisté para la “Silla Fría” cuando llegue al cielo-, Pedro es sorprendido una vez más.


Semanas atrás, “Chivo Negro” y Simón Bolívar estaban en un lugar apartado de una plaza pública, preparado como escenario de grabación para una entrevista que jamás será vista en la Venezuela terrenal.  Desde allí se logra ver el espectacular jardín de flores que cambian de color con el pasar del sol, al fondo se oye una orquesta que toca música clásica y las carcajadas de los niños que corretean de un lugar a otro.

-Bolívar, ¿qué fue de tu vida después de muerto?- pregunta el “Chivo Negro”.

-Diría que bien, como a todos los que van al cielo, pero saber las cosas que pasaron despues de mi partida en la Gran Colombia, en especial en Venezuela, fue como vivir en el infierno. La angustia, el estrés de ver como hay gente que hace cosas terribles para oprimir y explotar nuestros pueblos... Menos mal que cuando iba al cielo, en la carroza blanca, todavía no se iba en avión como ahora, conocí una hermosa mujer negra con un vestido verde. Fue un viaje muy entretenido. Después de mucho tiempo, y parece obvio decirlo, Niara me hace sentir paz a pesar de este sufrimeinto.

-O sea que, ¿aprovechaste el viaje para levantarte una negrita?
-Ella es un amor que solo aquí en el cielo se puede tener.
-¿Y las otras? ¿Qué pasó con ellas?







-Maria Teresa. Supe que estaba acá arriba pero nunca la vi, tampoco la busqué, ni ella me buscó a mí. Manuelita, jah. Un día  en los años 50, paseaba por una nube encima de Paris y la vi del brazo de uno de los hermanos Lumiere. Bueno, a ella le gustaban los tipos de la farándula.

-Veo que acá en el cielo la gente hace muchas cosas y usted ¿A qué se dedicó, solo a ver qué pasaba en Venezuela?

-No. Mi mentor, Simón Rodríguez, es rector de la UCV acá arriba y decidir seguir estudiando. Pues resulta que la moda EN 1830 eran los ferrocarriles. Apenas morí se inauguraba la primera línea de ferrocarril en Inglaterra. Y me dediqué a estudiar esos caballos de acero.


-¿Y el Bolívar guerrero quedó atrás?

-Para nada. Nunca olvidé mi faceta de hombre de armas, así que me uní a la reserva al mando de San Ignacio de Loyola. No solo me he mantenido en forma, sino actualizado.


-Pero, ¿Por qué se fue del cielo de Venezuela y se fue tan lejos, a Alemania?
-Me cansé “Chivo Negro”. Me cansé de ver al último loco que usaba ni nombre para burlarse y esclavizar a los venezolanos. Otros farsantes tenían un límite, pero este incluso ofreció mis restos como tributo al pacto que firmaba con el maligno para eternizarse en el poder. Ver eso me indignó tanto que hice gestiones con San Onofre, más unas recomendaciones de mi amigo Humbold, y terminé aquí en Alemania, administrando el tren que lleva a los condenados al inframundo; lejos de las noticias, lejos de ver como el pueblo por el que tanto luché es instrumento ciego de su propia destrucción.

-¿No se le ha ocurrido pensar que el propósito de ese espectáculo tan horroroso, era que su espíritu libertario se alejara de los corazones de los venezolanos?
Bolívar, con la mirada perdida por unos segundos, pensó que tal vez el “Chivo Negro” tenía razón. Ese mismo presentimiento volvió a la mente del Libertador ahora, que creyéndose lejos de los venezolanos y sus problemas, ahora estos problemas tocan a la puerta de su autoexilio. Bolivar saca de una de las gavetas de su escritorio una caja alargada y la coloca en la mesa, al destaparla observa en que en su interior no falte ninguna pieza del moderno fusil que usa en las prácticas de la reserva, los fines de semana.

Un asistente entra en la oficina y observa el cajón sobre el escritorio, con su contenido al descubierto y su jefe ensamblando el arma, y le pregunta a este:

-Herr, zu denen Sie mit, dass geht?
-Señor, ¿A donde va usted con eso?

Fusil en mano Bolívar responde.

-Ich werde ein Fan erfüllen.
-Voy a conocer a un admirador.
Panelo está emocionado porque cada vez está más cerca de lograr su nuevo plan.
-Menos mal que Fidel me enseñó todo lo relacionado con el más allá y el más acá ¡misssjmooo! Cuando llegue a la Venezuela terrenal, poseeré el cuerpo de un mortal, o sea EXPRÓPIESE, y volveré a tener la banda “Preciosa”.

Y ya tengo a mi prospecto. Winton Vainilla ¡Siiiii! Cuando me apodere de él, ni un exorcismo evitará que yo viva. Y como Winton tiene el cuerpo sano y papiaooo, me alejaré de Whisky, el Café, la Parilla y el Perico, que fueron los que me matároooonn. ¡VICIOS GOLPISTAS Y MAGNICIDAS! ¡PATRIA, EJERCICIO Y DIETA, Familiaaaaa Miiiiijmaaaa! Sólo necesito una transmisión del sorteo de Kynno para convencer a los míos, sobre todo a los que practican la magia oscura, que soy yo, que he vuelto. No hacen falta elecciones burguesas, Nicodemo me dará mi coroto por las buenas o por las malas. ¡Ji Jiiiii!












El tren se acerca a su destino y el sistema automático toma el control del mismo, llevándolo al andén número 14. El Comandante Panelo sale del tren y corre entre los andenes en busca de un tren que lo lleve a Caracas. El asombro de haber visto un tren del Metro de Caracas llena de alegría al tirano insepulto y fugitivo. 






Bailoteando una rocambolesca mezcla de tap con joropo, como intentando imitar a Gene Kelly en Singing in the rain, El Comandante Panelo se acerca al tren rojo de fabricación española, girando entre los postes y al ponerse de pie frente a la entrada de uno de sus vagones, las puertas de este, se abren. Panelo entra lento y lleno de ilusión y regocijo al tren. No puede esperar llegar al mundo terrenal para hacer planes. Las puertas del tren se cierran y Panelo cierra los ojos, como esperando sentir la inercia del tren que se mueve.




Han pasado diez segundos y el tren no se mueve. Panelo está extrañado. Abre los ojos y mira a su alrededor, como preguntándose a sí mismo, ¿por qué el tren no se mueve? Y una voz gruesa e impositiva interrumpe, con susto, su predicamento:


-Buenas noches, tu boleto y tu pasaporte.





-Pero Bueennooo ¿De cuándo acá piden boleto y pasaporte para viajar en metro, si el metro es de todos miiijmooo? 


-Te pediría también el porte de arma, pero por el sello de la culata, sé que esa arma no es tuya.






-¿Buenooo, esteniño, como es que te llamas tú?


-Simón Bolivar, Gerente de Estación.


-Booolivar como el Libertador meeejmooooo. Ah no lo pude conocer, porque a mí la burguesía del cielooo mejmo me mandó para el candelro mientras Bolívar, allá, en el cielo mejmo, brincando de nube en nube, blandiendo su espada, libertando los pueblos de América Latinaaaa.


Bolívar mira al techo volteando los ojos en gesto claro de aborrecimiento de semejante palabrerío cursi y poco masculino.


-¿Brincando de nube en nube? Todo eso fue muy ofensivo, y no uso espada desde hace cien años que uso de esos y tengo mejor puntería que cuando pelee en Carabobo.


-Jah, hablas como si fueras él, y ni parecido eres. No te pareces a la reproducción de su rostro que mandé a hacer bajo estrictas instrucciones mías y con cierto parecido a un Zambo como yiooo!

-Ah claro, la “reproducción” que sacaste cuando usaste los huesos de mi tumba para tus supercherías.

-Pero bueno Aaaapátridaaa, no me hables golpeao ¡Yo soy Panelo! Libertador de Venezuela. Bolivar era sólo un precursor.

-¿Apátrida? suena interesante que me digas eso a mí ¿Condenar a las generaciones futuras a la esclavitud de Cuba, Rusia y China es tu idea de independencia? Deberías ser convertido en polvo cósmico por traición.

-Creo que te voy a convertir en polvo a ti, impostor. No te pareces al que yo le dejaba el puesto en la mesa.

-Ese es el problema cuando adoras imágenes. "Terminas adorando al hombre equivocado".
Panelo y Bolívar no han notado que son observados muy de cerca por la cámara de Pedro (@Gochirila) mientras el “Chivo Negro”, narra lo que puede estar ocurriendo dentro.







-Estos hablan como si no se conocieran. Pero si Panelo hasta le ponía una silla para que comiera. Si Bolívar no es el comensal, entonces, ¿quién era? ¡Ah Claro! Puede que la respuesta la tenga el mismo que se convierte en pajarito y se le aparece a Nicodemo-, de pronto cuatro relámpagos ciegan la cámara y una espesa nube de humo negro cubre el vagón del tren.







La angustia de quién pudo haber sobrevivido al duelo invade a los tres periodistas. Sorpresivamente los dos Ángeles Guardianes llegan al lugar de un tropel de Ángeles de la Guarda traídos directamente del cielo. El tren es rodeado por los guardianes. La nube negra escapa por las hendijas de las puertas mientras que estas repentinamente se abren dejando escapar el resto de oscuro vapor.
“Chivo Negro”, Virgilio y Pedro quedan asombrados, la silueta de un hombre de mediana estatura se abre paso entre la humareda, es el Gerente de la Estación, Simón Bolivar.







Se escucha una pregunta que puede parecer obvia –Bolívar, ¿Qué le pasó a Panelo?


El Gerente de estación se detiene frente a los representantes de la prensa –El Comandante Panelo, es literalmente lo que siempre fue, una nube de humo.


Una estación del tren que parecía abandonada, ahora está repleta de curiosos contenidos por una línea de Ángeles Guardianes. El sonido de la multitud gritando hurras llama la atención de los periodistas. Es Cristo acompañado de una señora de edad madura.



-¡Abuela!- Pedro logra reconocer el rostro de su abuela treinta años más joven y corre a su encuentro dejando a “Chivo Negro”, el entrevistador sin cámara.


-¡Hijo mío!- ambos, abuela y nieto se abrazan en la mitad del andén. Incluso algunas lágrimas salen de los ojos de ambos. -¡Mijo, tan jovencito y ya estás aquí, que broma, como esta de mala la inseguridad allá abajo.


-No señora Amelia, su niño llegó aquí por ejercer su profesión, pero es momento de volver- explica nuestro señor Jesucristo.

-¿Como volver?

-Sí, mi Padre estudio tu caso y consideró que debes volver al mundo de los vivos para cumplir dos nuevas misiones. La primera, lograr que uno de sus líderes pida mi ayuda para romper el maleficio que ha caído sobre tu país y la segunda que Simón Bolívar vuelva a tener una sepultura digna.


-Sí, a los píes del Araguaney que queda en la colina que se puede observar en el kilómetro 20 de la Autopista Regional del Centro. Ese lugar es tranquilo. Sólo así podré volver al cielo de Venezuela- Responde Bolívar al acercarse al grupo junto con “Chivo Negro” y Virgilio.

-El tren está listo para partir Pedro, pórtate bien, ya sabes cómo es arriba, no te pierdas de eso en la etermidad- explica Jesús.

Luego de hablar unos minutos con su abuela Pedro se despide de sus colegas, de Cristo y Bolívar y aborda el tren que lo llevará de regreso a la Venezuela terrenal, el mismo en el que una hora antes había ocurrido el duelo. Fracciones de segundos después de cerrar las puertas, el tren inicia movimiento.
Pedro se estremece en la cama donde permaneció en coma por dos semanas. Aturdido el joven camarógrafo trata de incorporarse y se retira la mascarilla del oxígeno. Todo lo ocurrido parecía ser producto de un sueño loco hasta que al voltear hacia la mesa ubicada a la izquierda observa la vieja cámara Holliday II.


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LA BOLA NEGRA



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sábado, 7 de diciembre de 2013

CAPITULO 2.3: LA SILLA FRÍA EN EL INFRAMUNDO


El tren que lleva a los tres periodistas y a los dos ángeles guardianes, a su encuentro con el Comandante Panelo ha entrado en el mundo de los vivos. Pero el tren nunca sufrirá los embates del calentamiento extremo ni la descomposición que sufre un objeto al rozar con la atmósfera terrestre ya que la estructura del  vehículo es de energía espiritual.


Virgilio explica a Pedro y a “Chivo Negro” el funcionamiento de los trenes antes de llegar a la estación en la que se llenará de almas penitentes que van al inframundo para no más volver.


-Estos trenes son el último vestigio de dignidad que tienen los condenados antes de bajar a la tierra donde solo existe la oscuridad y el crujir de dientes. Nosotros, los de arriba, los manejamos y administramos. Obviamente los demonios jamás podrían hacerlos funcionar. Cada país en el mundo tiene una estación. Estas estaciones se interconectan entre sí y a su vez llevan a los hombres a subestaciones donde enfrentarán su juicio final. La estación de Venezuela es obviamente Plaza Venezuela. Allí el tren se llenará en su mayoría de ladrones de diversas calañas y asesinos.

Pedro observa con cierta angustia como el tren va acelerando en su caída y puede reconocer l ciudad de Caracas desde las alturas.

-Mira y ¿Por dónde entramos a esa estación?


-Justamente en el cruce entre La Gran Avenida y La Avenida Las Acacias-. Responde Virgilio cinco segundos antes que el tren traspase el cruce entre estas avenidas,  para caer en medio de las vías de la línea 1 del metro y continúe su recorrido fantasmal atravesando las vías de la línea 3 que se encuentran a unos diez metros más abajo, para luego ingresar a un misterioso andén ubicado en un plano perpendicular a los andenes de la Caracas terrenal.


-Prepárense, que esto se va a poner muy apretado y violento-. Advierte Virgilio a sus acompañantes. Las Puertas del tren fantasmal no han abierto apenas diez centímetros cuando una estampida  escandalosa entra de forma violenta aplastando a los periodistas contra sus asientos y contra las ventanas. A diferencia del tren de los vivos este tren cierra sus puertas de manera rápida y precisa, sin importar que haya espíritus atravesados en las puertas, estos serán aplastados o mutilados. Es parte del suplicio que deben sufrir los condenados.

El viaje se inicia y los ocupantes del tren, cual vapor se acomodan al volumen de su interior liberando un poco a los aplastados periodistas que vienen del cielo. Uno de los condenados lucha contra otro que trata de arrebatarle una caja, que en apariencia pertenece a un televisor pantalla plana. Mientras forcejean y se maldicen mutuamente, uno de los extremos de la caja golpea la cara de  Pedro, quién no duda en protestar.

-¡Pero bueno vale! ¿No pueden esperar llegar para que peleen por su televisor?

El que aparentemente es dueño del televisor voltea a ver a Pedro. Pedro nota que el hombre tiene un agujero de bala en la frente y otro en el pecho.

-¡Este mal nacido me quiere robar mi televisor! Nicodemo nos dijo que dejáramos los anaqueles vacíos y obedecimos. Yo saqueé honestamente mi televisor y este malandro mama#$”!o motorizado me lo quiere quitar-. Responde el hombre con voz chillona y burbujeante de la sangre que sale por su boca.

Pedro y “Chivo Negro” están consternados al notar, que no solo el hombre del televisor presenta deformidades, heridas y palidez en su rostro o en el cuerpo, todos los ocupantes a excepción de los que salieron del cielo presentan la misma condición deplorable. De pronto y en su propia defensa se asoma la mitad de la cabeza de otro hombre, cuyo ojo mira perdidamente, y con una voz no menos agradable reclama.

-¡Nada diablo este televisol e mío polque yo soy malo y mas naaa!

Al lado de estos dos infelices, un hombre gordo que en vida quizá fue moreno pero que ahora presenta un aspecto profusamente cianótico, se ríe a carcajadas. Pedro no duda en preguntarle a hombre, -¿Y tú de qué te ríes?

-Yo soy gandolero, y tengo por costumbre matar perritos en la vía pasándoles el camión por encima… je je je… yo iba atropellar un perrito cuando ando el huev”#!$ de la moto se me atravesó y le pasé con todo. Perdí el control del camión y me estrellé contra una caravana de seguidores de Panelo que le hacían propaganda a un candidato a alcalde. Eso fue un desastre pero yo quedé agonizante, nadie me ayudó ni a mí ni a los de la caravana, todos estaban ocupados saqueando el camión… je je.

“Chivo Negro”, Pedro y Virgilio observan estupefactos al camionero y a los dos necios que pelean por el televisor, que de nada les servirá cuando lleguen a su destino final.
El tren hace cientos de paradas en los lugares de tormento. Allí una docena de demonios baja de manera violenta a un grupo grande de pasajeros hasta que sólo vuelven a quedar nuestros periodistas y sus ángeles guardianes, que llegan hasta la estación de transferencia, Berlín Hauptbahnhof. Los cinco, logran bajarse del tren sin mayores dificultades pero Pedro si siente, al menos levemente, los dolores del atropello y el contorsionismo que tuvo que sufrir.

Tres andenes más allá está un tren Alemán que los llevará a su destino.

Luego de otros cientos de paradas y empujones “Chivo Negro”, Virgilio y Pedro, escoltados por sus dos ángeles, llegan a los amplios y desolados andenes de Auschwitz. Caminan cerca de trescientos metros hasta llegar al jardín de los hombres congelados. Virgilio, quién conoce el lugar, lleva a los turistas del cielo hasta el lugar preciso donde se encuentra el Comandante Panelo.


-¡Aquí está!- Señala Virgilio a los ángeles que deben poner el enorme cubo de hielo en posición vertical para que puedan entrevistar a Panelo de pie.

Pedro no deja de filmar el momento del encuentro con el condenado, mientras que “Chivo Negro” prepara sus apuntes con cientos de preguntas preparadas por él o recopiladas en las entrevistas que hizo en el cielo.

Miguel Alejandro, uno de los Arcángeles se coloca frente al cubo de hielo y se quita los lentes. Un rayo de luz verde sale de sus ojos y descongela la cabeza de Panelo. Con un par de cachetadas el hombre, despierta.
 
-¡NOOOOO UJUM NOOOO me rindo, me rindo! Por ahora los objetivos no se han cumplidooooo!... ¿Y ustedes quiénes son?.. OH “¡Chivo Negro!” ¿has venido a rescatarmeee?

-¡Noooo mijo ZAPE GATO! Yo ya sé que le pasa a los que rescatan. Yo también entreviste al General Baudelio en vida.
 -Pero Bueno “Chivo Negro”, ¿a qué has venido si no es a rescataremeee?

-Hemos venido a entrevistarte. Todos los días no sale un tipo con guáramo para pretender derrocar a Cachirulo. Así son las cosas.

-JUM… te salvas porque yo no puedo pelar una entrevistica. Además ya me aburrí del Tuerto  Waldo yde su ayudante Carvajaliño. Necesitaba un entrevistador decente como tú, que esté a mi altura y prestancia meeeejmaaa.

-Bueno Comandante Panelo, mi primera pregunta. ¿Por qué quería derrocar a Cachirulo?


-¡Muy sencillo! El me engaño. Un día cuando estaba cerca de mi fin, me puse a pensar, ¿Por qué si él y Yo hicimos un pacto, yo me estaba muriendoooo? Entonces cojí el contrato y me puse a leerlo con calma, allí en mi lecho de enfermo me leí las  66666 páginas del un contrato de 66 volúmenes. Y de repente veo una especie de raya que divide un capítulo de otro. Pero me intrigaba la forma de esa raya. Entonces agarré una lupa y comencé a ver más de cerca esa raya. ¿Tú sabes lo que era “Chivo Negro”?


-¡Una cláusula en letras chiquitas, diminutas, microscópicas!

-¿Los infiltrados te lo dijeron?

-¡No pareces del Llano Panelo! Cachirulo siempre hace pactos con letra chiquita.

-Bueno, lo cierto es que la letra chiquita decía “El prestador del servicio, no se hace responsable por el cumplimiento de este contrato en caso que la voluntad de DIOS, contradiga las disposiciones del mismo y sus efectos permanentes o transitorios”. ¿TUS HAS VISTO CHICO?... Mira de no haber sido por ese enano aaapátrida, escuálido, pitiyanky, Yo sería el rey del averno y estaría montando mi revolución socialista del siglo XXI aquí abajo chiiicoo. Mira tenía gabinete y todoooo Clodosvaldo, Willam Rara, Lina… ¡Un trabuco pues!

http://comandandantepanelo.blogspot.com/2013/11/capitulo-22-la-silla-caliente-en-el.html
-Cambiando el tercio, ¿Viste yo sabía que tu constitución era un traje a la medida? Nicodemo está destruyendo Venezuela aplicando el paquetazo socialista que tú le dejaste.


-¿Pero Buenooo “Chivo Negro” cual paquete hablas tu?

-¡No me guabinees! El Paquete Rojo.

Panelo observa fija y silenciosamente al “Chivo Negro”.

-El Maletín Rojo no es de hechura mía, es un regalo que me hizo Fideeeel en el año 2002 después del 11 de Abril. Para que acelerara la implantación del Socialijmo Meeejmoooo.

-Pero de 2002 al 2013 hay 11 años, ¿por qué ahora Nicodemo le está metiendo la chola al fondo?

-Pero, ¿quién le dijo a Nicodemo que hiciera lo que dice en los papeles que están allí dentro? HUMNOOOO, con el venezolano hay que reculear de vez en cuando, porque si no EXPLOTAN y puedes perder el poder meeejmoooo.

-Pero Nicodemo dice cada vez que puede, que usted se le aparece como un pajarito.


Panelo se queda pensativo y hace una mueca.

-Quiero ponerme la mano en la barbilla para poder pensar pero no puedo. Esta mald#”$% panela de hielo que me hace presoooo. ¿Mira ese pajarito por casualidad es Rojo?

-¿De qué otro color puede ser Panelo?

-Ese es el traidor de Raúl que es un “cambiante”, Yo más de una vez lo vi transformarse en pato, cascabel y gallina. ¿Qué de raro hay que se transforme en pajarito? Podre infeliz el Nicodemo, yo que lo dejé porque tenía fe que volvería y que me daría la silla por las buenas y sin mucho aspaviento mieejmoo… y tener de nuevo la banda presidencial en mi cuerpo... LA PRECIOSA.

-Pero bueno Panelo ¿tú no sabías que los cubanos, no te iban a curar?

-Cuando lo supe… era demasiadotarde.

En la cima de una colina nevada, un tropel de Orkos repulsivos y harapientos que regresa de tomar café y “echar el carro” (Ven. Holgazanear) en un bar ubicado del otro lado de la sierra. Estos demonios tienen por función cuidar a los condenados al hielo perpetuo, pero en vista, que nadie se acerca a un lugar tan frío y que los condenados no dan que hacer por más que quieran, deciden irse de rumba y tragos, eso sí, regresan cada dos horas no vaya a ser que alguna potestad se acerque a pasar revista, y no los vea en sus puestos.

Los Orkos ven la panela de hielo de uno de los condenados, parcialmente derretida y rodeada de extraños y peor aún, dos ángeles guardianes custodiando el lugar.

Miguel Eduardo Arcángel detecta la presencia de los guardianes del mal y avisa a su compañero que deben colocarse en guardia.

“Chivo Negro”, Virgilio y luego Pedro (@Gochirila), el camarógrafo observan cómo se acercan rápidamente los Orkos. Uno de ellos, quizá su líder se dirige al grupo con desagradable voz:

-¿Qué hacen aquí? Los presos no pueden ser molestados. Ustedes-, el Orko señala al grupo con su dedo índice izquierdo, -vienen del cielo. No me interesa si traen visa diplomática. ¡Se van o los saco a patadas!

-Pero bueno Señor ya estamos que terminamos- responde el “Chivo Negro”.

Pero el Orko mira con odio de pies a cabeza a Miguel Alejandro Arcángel y este, lentamente pero amenazante, se coloca la mano derecha en sus gafas de sol. El Orko muestra su horrorosa dentadura  y brinca contra el ángel. En su caída Miguel Alejandro Arcángel quita las gafas de sus ojos y un rayo de luz azul brillante convierte a su enemigo en humo negro pero este cae al suelo.

Miguel Eduardo Arcángel quita sus gafas y rápidamente desmaterializa media docena de Orkos que van contra el grupo de la prensa celestial.

Miguel Alejandro Arcángel se restituye y comienza a disparar su rayo azul.

“Chivo Negro”, Virgilio y Pedro se ponen al cubierto  dejando a Panelo parado en medio del campo de batalla. Pero Panelo siente una sensación desagradable:

-Caraj#$ me hice pipí en los pantalones-, de pronto Panelo siente que no es que se ha orinado encima, sino que sus piernas fueron parcialmente descongeladas por el rayo de Miguel Alejandro Arcángel en su caída. Panelo comienza a correr en dirección a los andenes del tren.

-¡Panelo huye! No es deseable que llegue a los trenes- advierte Virgilio.

Tambaleante pero veloz, como un pingüino, Panelo corre en dirección a los andenes del tren para huir de la prisión, los tres periodistas corren detrás del pero el cubo de hielo andante les lleva casi trescientos metros de ventaja que aumenta en la medida que los Orkos les cierran el paso. Si algo sabe hacer Panelo mejor que nadie en el universo, es huir hacia delante.

Los ángeles cubren la retirada del grupo eliminando Orkos que aparecen por doquier.

Panelo observa a lo lejos un tren rojo. –Es uno de los trenes que le compré a los españoles antes de moriiiirr, Já, seré libre prontooo.



Panelo llega a las puertas del tren y al abrir es recibido por un operador ferroviario:

-Herr Ihr Ticket.
Señor su ticket.

-No entiendo nada de lo que me dice, pero yo soy el ¡Comandante meeejmooo! Así que permiso que me voy de aquí al mundo de los vivos, de regreso a mi Patria Querida y a mi cargo… ¡El precioso!

-Ha, hat dieser kein Ticket!
¡Ha, con que no tiene ticket!

-¡Pero bueno chico! ¿De cuándo acá piden ticket para viajar en el metro?


El operador ferroviario se impacienta y enojado llama a dos policías que se encuentran en el tren:


-Hahn, Jörgen, komm bald wieder! wie bereit Wunsch, ohne Fahrschein
Hahn, Jörgen, ¡vengan acá pronto! este "avispao" quiere viajar sin ticket

-Was haben wir hier? derjenige, der ohne Ticket reisen will.-exclama Jörgen
¿Que tenemos aquí? uno que quiere viajar sin ticket.

-Oh, schau, dieser Kerl ich weiß, es ist, wer den Teufel zu stürzen wollten.- Advierte Hahn.
Oh, mira, a ese tipo yo lo conozco, es el que quiso derrocar Cachirulo.

-Ist Coup!
¡Es el golpista!

-Geben wir ihm Schläge
Vamos a darle de porrazos

Los dos policías emprenden a porrazo limpio a Panelo comenzando por la cabeza, que está al descubierto, y terminando en las piernas. Panelo se queja del dolor y clama por sus derechos humanos y denuncia el abuso policial pero luego se da cuenta del error de sus agresores. Cada porrazo lo va liberando de su prisión de hielo. Exhibiendo su astucia y fuerza sobrehumana, Panelo aprovecha y desliza sus manos hasta el arma de uno de los gendarmes y la dispara contra Hahn, quién desaparece dejando una estela de humo gris. Luego forcejea con Jörgen y ambos caen al suelo.

Se oye un disparo y el operador del tren observa aterrorizado como  una nueva nube de humo gris sube al cielo. Panelo se pone de pie con el arma entre sus manos. Cubierto de nieve, Panelo voltea lentamente y de un tiro desmaterializa al operador del tren.


-¿Grabaste todo eso?- pregunta el “Chivo Negro” a @Gochirila y este le responde afirmativamente.

-Esta cámara es genial, no he dejado de grabar desde que salimos de la sala de reuniones allá arriba. Ni se le acaba la pila ni se le acaba la memoria para grabar-. Responde Pedro (@Gochirila).

-Bueno ¡Chúpate esa mandarina! Yo te lo dije. Mira el hombre se está montando en el tren. Vamos a montarnos nosotros porque ¡hay que vibrar junto con la noticia!

-Tengo un mal presentimiento de esto, no podemos dejar que Panelo use el tren para volver al mundo de los vivos. ¡Hay que detenerlo!-. Exclama Virgilio.

Los tres hombres de la prensa se suben al tren rojo de manera sigilosa y este cierra sus puertas y avanza.


-¡Los ángeles! Se han quedado- exclama Pedro.


 -Son ángeles de última generación, en cualquier momento salen volando detrás de nosotros.
AGRADECIMIENTOS
A mi seguidora @lugelima por sus excelentes montajes.

No te pierdas el próximo capítulo.

GERENTE DE ESTACIÓN



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