La situación clínica de Pedro, el fiel camarógrafo de Kenya se ha agravado, al punto que ahora camina
entre las calles llenas de nubes, en el cielo.
Pedro vaga por las calles del
cielo observando las maravillas que hay en el lugar. La gente puede volar, todo
es paz y las personas parecen hacer casi las mismas cosas que en la
tierra sólo que sin estrés, fatiga ni ceños fruncidos. Con un papel que parece tener
una dirección, Pedro escruta los edificios hechos de cristal azulado, verdoso o
espejo hasta dar con el edificio indicado.
Pedro entra al extraño edificio cuyo
diseño interior parece desafiar cualquier ley de la física conocida por el ser
humano. Una hermosa recepcionista alada le da la bienvenida a Pedro por su
nombre y le anuncia que lo están esperando en la sala de reuniones. La recepcionista acompaña a Pedro hasta el final de un largo corredor, donde está la sala de reuniones y allí cinco personas están
esperando.
Sentados en un largo mesón de
estilo barroco se encuentran tres hombres, uno de ellos es San Francisco de Sales, santo patrono de la
prensa y los periodistas y director de “La Buena Nueva” el diario de mayor
circulación en el cielo. En el extremo de la mesa está un hombre joven de
marcados rasgos del medio oriente, vestido con bata (thawb) y pañuelo (guthra).
Detrás de él dos enormes y fornidos ángeles que parecen formar parte de su
escolta personal. A la izquierda de este hombre un personaje conocido de la
prensa nacional venezolana, que partió semanas antes que Pedro.
Con ligero acento español castizo
el monje patrono de los periodistas le pide a Pedro que tome asiento.
Pedro se sienta, pero no deja de
estar fascinado, mirando de arriba abajo el lugar. En el cielo los pocos
edificios que hay son de vidrio transparente, incluyendo sus tabiquerías,
porque allá arriba hay poco que ocultar de la vista de todos.
-Hijo, me ha llamado San Onofre,
que San Pedro le ha avisado que acababas de llegar al cielo y que tenías por
oficio, camarógrafo.
-Pedro, mucho gusto y sí, soy camarógrafo.
-Pues llegas a tiempo, vas a
acompañar al maestro periodista y entrevistador “Chivo Negro”- señala San
Francisco al legendario periodista Oscar el “Chivo Negro”- para hacer una
entrevista exclusiva.
-¡Mucho gusto mijo! Espero que
estés vibrando como cuando trabajabas con Kenya allá abajo, porque necesito un
muchacho pilas y que me maneje esta camarita que te voy a dar-. El maestro
Oscar saca una vieja cámara Holiday II de 1950 y se la entrega a Pedro, que
está sentado justo a su lado.
Pedro toma en sus manos la vieja
cámara –Pepeperoo señor Oscar, con todo respeto pero, ¡esta cámara es un poco vieja!
-Pero bueno carajito, que bríos
tienes tú. No sabes la joya que tienes en tus manos. Esto es lo mejor que ha
botado la Holiday aquí arriba- reprocha "Chivo Negro" mientras Pedro examina la vieja reliquia del video.
-Pero bueno ¿Qué broma es esta? ¿El Inframundo, pasaporte
diplomático, una cámara vieja, una entrevista exclusiva, Ángeles Guardianes? ¿Y
ustedes quiénes son?- Exclama angustiado Pedro @Gochirila.
-Tranquilízate hijo. Yo soy San Francisco de Sales, patrono
de los periodistas y este hombre es nuestro Señor Jesucristo.
Pedro pela los ojos como un par de huevos fritos y observa
con susto de arriba abajo al hombre de indumentaria árabe. Luego observa al
“Chivo Negro”, como buscando desesperadamente una respuesta.
-¡A mí no me mires! Yo también me asombré cuando me
presentaron al señor aquí- explica Chivo Negro.
-¿Qué sucede hijo? ¿Te asombra verme?- pregunta Jesús.
-No es que mi abuelita tenía un enorme cuadro del sagrado
corazón… y no se parece a usted.
-Es el síndrome de los católicos
que llegan aquí. Toda una vida adorando una imagen y cuando llegan aquí
descubren que adoraban al hombre equivocado. Nací en Belén, Israel, Palestina
es el medio oriente ¿cómo esperabas que luciera un hombre de esas tierras?
Si mi padre hubiese querido que fuera
caucásico como en los cuadros y estatuas del renacimiento, habría nacido en la
Galia (Francia), en Germania (Alemania), en Escocia o ¿por qué no? En la misma
Roma. Pero a todos los pongo a prueba como Santo Tomás. Aquí están mis palmas,
puedes meter tu dedo en ellas- Jesús enseña las palmas de sus manos con los
agujeros dejados por los clavos.
-No no no... no es necesario-
responde Pedro, visiblemente avergonzado y perturbado por la revelación.-Una
pregunta, ¿A quién vamos a entrevistar?
-Al comandante Panelo hijo. Tratode derrocar a Cachirulo la semana pasada y casi lo logra. Lo tienen preso
ahorita y lo vamos a entrevistar en su prisión. El tiene mucho que responder
sobre la situación actual de Venezuela, además todos los días no se trata de derrocar a Cachirulo.
La explicación de “Chivo Negro”
no logra borrar del rostro de Pedro la cara de asombro y tragedia.
-Bueno se nos hace tarde los vamos a llevar al tren. Tome
cada uno una mochila, allí hay ropa de invierno- ordena San Francisco de Sales.
-¿Ropa de invierno? Pero si el infierno, el inframundo es
candela y lava por todos lados.
-Hijo, el Hades es un lugar de tormento perpetuo, no
necesariamente ardiente y volcánico. También hay lugares de frío intenso, mares
de almas perdidas, ciudades ardientes en ruinas y selvas con criaturas horribles. Donde
ustedes van, el infierno Polaco, hacen 270 grados bajo cero-. Explica el monje
calvo, patrono de los periodistas y reporteros.
Los seis personajes salen de la
sala de reuniones y caminan en dirección a la estación del tren que llevará a
los periodistas al helado inferno Polaco. Durante un cuarto de hora que dura la
caminata, Pedro admira las calles llenas de nubes multicolores, las enormes
plazas, los ángeles y pobladores dignos de la gracia divina. Pedro rompe el
hielo con “Chivo Negro” comentándole sobre las penurias de la Venezuela terrenal
y de pronto hace un comentario sobre uno de sus anfitriones:
-¿Te imaginas que Cristo hubiese
nacido Escocia? Sería divertido convertir el agua en whisky jajajaja- murmura
Pedro (@Gochirila) al "Chivo Negro".
-Mira muchacho el zipote, te van a volver a regañar, ¡COMPORTATE!- El Chivo Negro se lleva la mano derecha a la frente y hace un gesto de negación.
A pesar del bajo tono del
comentario Jesús logra oírlo –¡Venezolanos, de todo sacan un chiste! Al menos Pedro se tomó haberme visto, mejor que su abuelita, que gritaba asustada !Estoy en el Cielo de los Turcos!... tuvo que venir mi madre a calmarla -.
-¿Que acaso la Virgen si se parece a las imágenes?
-No Pedro, es igualita a Libertad Lamarque, pero cuando la conocí a los doce años-. responde el "Chivo Nego".
-Pedro, te has preguntado
¿Cuántas veces me han pedido ayuda para salir de la difícil situación de
afronta tu país? ¿En alguna de sus concentraciones, sus líderes han invocado mi
nombre? ¿Cuántas veces han aprovechado las convocatorias para orar y pedir mi
ayuda?- Pregunta Jesús.
-No sé que responderle, porque de
entrada, nunca me he hecho esas preguntas.
-Karol Woltyla clamaba mi ayuda y la de mi padre cada vez que el ejército de Polonia agredía a las personas que querían montar una iglesia en sus comunas. Los Polacos oraban antes de marchar contra sus opresores. Con mi ayuda fueron liberados del mal que los oprimía. Un día el hombre que van a visitar allá abajo maldijo Israel... las quejas llegaban por toneladas a mi padre. El no dudó en tomar el libro de la vida de Panelo y escribir un par de notas en el. Ya conocen el resultado. Pero ustedes,
nunca saldrán de ese mal que los atormenta. Ese hombre, Panelo maldijo
su tierra con un pacto maligno. El mal ha avanzado a tal punto que ya no basta siquiera orarle a mi
madre como acostumbran unos pocos. Necesitan pedirme ayuda a mí directamente. Basta que
uno de sus líderes, cuando esté frente a la multitud, le pida a los presentes
tomarse de la mano y clamar a mí por auxilio. Te aseguro que ese mismo día
romperé la maldición que ese hombre puso sobre tu pueblo. No habrá bala ni espada que los hiera. Porque yo iré con un pequeño grupo de mis ángeles, un millón. No habrá
“Colectivo” que pueda con ellos, porque sus armas de hierro hervirán
en sus manos y las de plástico se derretirán. Los demonios abandonarán los
cuerpos de los pranes que los dirigen y los herederos del maligno huirán. La
paz y la prosperidad volverán a tu tierra y ese líder que me invocare será
dotado de la sabiduría de Salomón para gobernar sobre los tuyos.
Asombrado por esas palabras Pedro
y el “Chivo Negro” no dudan en preguntar ¿Cómo sabrán ellos allá abajo que
basta hacer eso para salir del mal?
-Hijos míos, todos los días,
antes de dirigirse a las multitudes, yo les mando un emisario que les instruya
sobre estas cosas. Una carta, un papelito, de viva voz. Ellos oyen a mis
emisarios con interés y con ganas de hacer lo que les he mandado, pero cuando
se suben a la tarima, los demonios del orgullo y la vanidad están allí. Con
pocas palabras, los seducen y pronto olvidan o desechan la instrucción.
-Pero ¿Hay algún líder en
particular que quiera que haga estas cosas?- pregunta “Chivo Negro”.
-El primero de ellos, incluso el
que nazca de las reuniones autoconvocadas- responde Jesús.
A medida que los seis prosiguen la
caminata, las nubes van despejando una torre que se yergue en medio del cielo.
En su interior “Chivo Negro” y @Gochirila descubren que se trata de un andén
del metro, volteado en posición vertical frente a ellos.
-Hijos, ¿Les gustó viajar hasta aquí
en primera clase del concorde?- Pregunta San Francisco.
-¡Claro, sobretodo las aeromosas que visten como las chicas de Victoria Secret- le murmura Pedro a "Chivo Negro".
-Al
principio de los tiempos los que venían acá simplemente ascendían pero desde
hace cinco siglos usamos carretas y luego empezamos a usar aviones. Por más que
sean pocos los escogidos, los buenos de todo el mundo caben en un vuelo cada
hora. Para ir al averno, se va en metro, todos igualados hacia lo malo,
apretujados, incómodos y padecientes.
El tren abre sus puertas y de su
interior sale Virgilio, el corresponsal en el inframundo y guía de Dante en la Divina
Comedia. Desafiando la gravedad, camina completamente erguido, por el andén,
que para los seis, en especial para los recién llegados al cielo, es una pared.
Tras las reverencias que el protocolo exige frente a una personalidad como
Jesús el guía del inframundo saluda al resto de los presentes.
-Señores, es momento de abordar
el tren, ¡vengan!
-¡Disculpe señor pero esta pared
no tiene donde agarrarse!- excalma "Chivo Negro"
-Hijo eres un espíritu, ni la
gravedad, ni la lógica debe afectarte, ¡así que dejad las quejas y venid pronto!
Encorvados y con cautela, los dos
periodistas caminan por la pared del andén hasta entrar al tren, seguidos por
los dos ángeles guardianes que caminan por el andén vertical sin mayores
precauciones.
Sentados juntos en los asientos
azules, Virgilio, “Chivo Negro” y Pedro parten junto con sus guardianes al
inframundo, a entrevistar al Comandante Panelo
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