El Caldero es la sección más esperada del programa la Guacharaca y la Cascabel y que se transmite los sábados a las 12m en una estación de radio por internet.
En él se reúnen las brujas a dar sus predicciones y videncias acerca del futuro del país y sus personajes en la semana siguiente o develan secretos ocultos por el régimen mediante sus artes adivinatorias.
Verónica la más joven es la vidente y lee el pensamiento. |
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Mariana es la sexy astróloga y lee la carta astral. | |
Mercedes la morena es la tarotista y lee las cartas | |
La Cascabel, que no está ni mala, anima el programa y lee el tabaco, pero por regulaciones gubernamentales lee el tabaco electrónico conectado a un galaxy. | |
La Guacharaca, estrella principal del show, en cambio lee el periódico, pero sus análisis son tan acertados que superan a la vidente. |
Verónica, la vidente, pide a todos silencio. Va a contar un sueño.
Verónica: Chicas, tuve un sueño anoche que quería compartir con ustedes y el público.
La Cascabel: Cuéntanos. ¿Qué soñaste?
Verónica: Soñé con el circuito de Mónaco. Iba a haber una carrera pero no de Fórmula 1 sino de autobuses.
La Cascabel: ¿De autobuses?
Mercedes arroja una carta tras otra.
Verónica: Uno de los autobuses es plateado con una franja tricolor que lo rodea y es conducido por…
¡Ernesto! Interrumpe Mercedes al arrojar una última carta.
Ernesto es el candidato opositor al nuevo régimen del emperador Raúl.
Verónica: Y hay otro autobús en la competencia, es un autobús Rojo.
Ernesto es el candidato opositor al nuevo régimen del emperador Raúl.
Verónica: Y hay otro autobús en la competencia, es un autobús Rojo.
La Guacharaca: Ya se, conducido por El Autobusero…
Mercedes arroja una carta y dice: “No, es Pastor Malchocado, El Autobusero sacó un reposo, dice que no va a manejar sino que va de copiloto”.
Mariana: Marte está allí atravesado junto con Plutón, va a ser una carrera muy difícil.
El semáforo se pone en verde pero solo parte el Autobús Rojo. La Mona Luisa ha puesto una valla para impedir la salida del autobús Tricolor alegando faltas en el reglamento.
Faltas al reglamento:
Número 1: El autobús debe estar lleno totalmente.
Número 2: El autobús no debe tener vidrios rotos.
Número 3: El autobús debe tener un solo chofer.
Ernesto con el rostro desencajado le reclama a la Mona Luisa que nada de lo que dice aparece en el reglamento. Pero la mona le muestra el reglamento enmendado con tipex y tachas y las nuevas reglas manuscritas.
Número 1: El autobús debe estar lleno totalmente.
Número 2: El autobús no debe tener vidrios rotos.
Número 3: El autobús debe tener un solo chofer.
Ernesto con el rostro desencajado le reclama a la Mona Luisa que nada de lo que dice aparece en el reglamento. Pero la mona le muestra el reglamento enmendado con tipex y tachas y las nuevas reglas manuscritas.
Y si no te gusta allí está la Fuerza Armada con la Guacamaya Fiscal para que te den plan y gas del bueno... sentencia la Mona.
Aparecen dos grupos de tira piedras, unos vestidos de rojo y otros vestidos de varios colores.
La Guacharaca: Oye eso no es bueno.
La Cascabel: Para nada, los vestidos de rojo le tiran piedra al autobús Tricolor y los vestidos de varios colores…
La Guacharaca: Le tiran piedras a los dos autobuses, son los radicales come y candela de ambos bandos. Ni lavan ni prestan la batea.
Ernesto esquiva las piedras mientras trata de hacer las paces con ambos grupos.
Mientras eso sucede ocurren dos cosas terribles; el parabrisas del autobús Tricolor está partido y en el asiento del chofer varios tirapiedras de oposición se sientan para arrancar el bus, pues consideran que lo pueden hacer mejor.
El viejo Avelardo, director general de la MUD levanta su bastón y echa a los revoltosos del asiento del conductor. Pero el daño ya está hecho. El autobús está en pésimas condiciones y sin gente suficiente para arrancar.
Mariana: Claro el autobús no está lleno porque muchos de los pasajeros saltaron la talanquera |
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Mercedes echa una carta: ¡Ernesto cúbrete la cabeza! |
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La Guacharaca: Oye eso no es bueno.
La Cascabel: Para nada, los vestidos de rojo le tiran piedra al autobús Tricolor y los vestidos de varios colores…
La Guacharaca: Le tiran piedras a los dos autobuses, son los radicales come y candela de ambos bandos. Ni lavan ni prestan la batea.
Ernesto esquiva las piedras mientras trata de hacer las paces con ambos grupos.
Mientras eso sucede ocurren dos cosas terribles; el parabrisas del autobús Tricolor está partido y en el asiento del chofer varios tirapiedras de oposición se sientan para arrancar el bus, pues consideran que lo pueden hacer mejor.
El viejo Avelardo, director general de la MUD levanta su bastón y echa a los revoltosos del asiento del conductor. Pero el daño ya está hecho. El autobús está en pésimas condiciones y sin gente suficiente para arrancar.
El autobús Rojo no partió repleto como dice el reglamento.
La Guacharaca: Claro ¿no llevan el muerto adentro?
Un tercio del espacio lo ocupa la urna electrónica del líder, El Comandante Panelo, que será llevado por toda la carrera para que el público asistente grite vítores al copiloto.
La Guacharaca: Claro ¿no llevan el muerto adentro?
Un tercio del espacio lo ocupa la urna electrónica del líder, El Comandante Panelo, que será llevado por toda la carrera para que el público asistente grite vítores al copiloto.
Mariana: Hay un sol radiante en esta carta astral, es un dia para ir a la playa.
Un nutrido grupo de Niníes cual comuna Hipie departen en la playa a medio kilómetro del punto de partida. Al son de su himno, caña, música y sexo, perdón amor libre son sus consignas.
La Cascabel: ¡Cuidado veo como un robo!
El autobús Rojo se detiene cerca de los Niníes y de él desciende una pandilla de hombres armados que roban y ultrajan a los vacacionistas. Incluso secuestran a uno. La banda de gamberros lleva dos sacos llenos de celulares y una docena de cavas llenas de cerveza y whisky que no dudan en amarrar junto al muerto que llevan en la parte posterior del autobús.
Verónica prosigue su relato.
Ernesto y Maraco, el experto camionero y copiloto, se dirige junto con los pocos ocupantes de su autobús a una venta de parabrisas. A pesar de la escases de repuestos importados logran conseguir el parabrisas adecuado a un buen precio que el grupo logra reunir para pagar.
Raudos se dirigen al bus Tricolor pero en la vía se topan con el grupo de Niníes. Pedro el hijo del Niní secuestrado le cuenta a Ernesto el mal rato por el que pasaron. No hicieron falta mayores esfuerzos para que Ernesto convenciera a la mayoría de los marchantes ultrajados a participar en la carrera.
Tibi y la Guacamaya ponen la vista gorda ante el tumulto que aborda el bus Tricolor. La Mona Luisa se alista para seguir alterando el reglamento sin mucho estrés.
La Cascabel: No puede haber gente parada lee en el tabaco.
Enrique muerto de la indignación le recuerda a la Mona Luisa que el autobús Rojo partió hace tres horas con personas hasta montadas en el techo. A lo que la Mona responde: “No sales o te echo a la Guacamaya Fiscal”.
El Autobusero y Pastor Malchocado beben Whisky mientras observan una chica bailar el pole dancing semidesnuda. Menos mal que Doña Florinda no está por todo eso. Los viajes en autobús la hacen vomitar.
El pobre Niní secuestrado está amarrado con teipe plomo en un asiento del bus Rojo mientras la pandilla de delincuentes llama a la familia para extorsionarlos. El hombre llevaba oculta en el short una navaja suiza, que usaba para alardear mientras destapaba cervezas con ella, esta vez la usará para zafarse y escapar. Un joven se aparta del grupo para ir a orinar oculto detras de un árbol y mientras está en eso Mercedes echa una carta. El caballo.
La Guacharaca: ¿Qué música es esa?
Del horizonte emerge el espejismo del autobús Tricolor. Algunos pasajeros van sentados en las piernas de otros burlando las locas leyes de la Mona Luisa.
El joven malandro corre hacia el Autobusero pantalón en mano para advertirlo pero el Autobusero no lo cree hasta que el autobús Tricolor pasa de largo cerca de ellos sin detenerse.
Mercedes echa otra carta. Es la del Diablo.
La Mona Luisa se excusa ante el Autobusero furioso que hizo lo que pudo por detenerlos y lo llamó varias veces para advertirlos. Pastor Malchocado acelera descontroladamente para alcanzar a sus rivales.
Raudos se dirigen al bus Tricolor pero en la vía se topan con el grupo de Niníes. Pedro el hijo del Niní secuestrado le cuenta a Ernesto el mal rato por el que pasaron. No hicieron falta mayores esfuerzos para que Ernesto convenciera a la mayoría de los marchantes ultrajados a participar en la carrera.
Tibi y la Guacamaya ponen la vista gorda ante el tumulto que aborda el bus Tricolor. La Mona Luisa se alista para seguir alterando el reglamento sin mucho estrés.
La Cascabel: No puede haber gente parada lee en el tabaco.
Enrique muerto de la indignación le recuerda a la Mona Luisa que el autobús Rojo partió hace tres horas con personas hasta montadas en el techo. A lo que la Mona responde: “No sales o te echo a la Guacamaya Fiscal”.
El Autobusero y Pastor Malchocado beben Whisky mientras observan una chica bailar el pole dancing semidesnuda. Menos mal que Doña Florinda no está por todo eso. Los viajes en autobús la hacen vomitar.
El pobre Niní secuestrado está amarrado con teipe plomo en un asiento del bus Rojo mientras la pandilla de delincuentes llama a la familia para extorsionarlos. El hombre llevaba oculta en el short una navaja suiza, que usaba para alardear mientras destapaba cervezas con ella, esta vez la usará para zafarse y escapar. Un joven se aparta del grupo para ir a orinar oculto detras de un árbol y mientras está en eso Mercedes echa una carta. El caballo.
La Guacharaca: ¿Qué música es esa?
Del horizonte emerge el espejismo del autobús Tricolor. Algunos pasajeros van sentados en las piernas de otros burlando las locas leyes de la Mona Luisa.
El joven malandro corre hacia el Autobusero pantalón en mano para advertirlo pero el Autobusero no lo cree hasta que el autobús Tricolor pasa de largo cerca de ellos sin detenerse.
Mercedes echa otra carta. Es la del Diablo.
La Mona Luisa se excusa ante el Autobusero furioso que hizo lo que pudo por detenerlos y lo llamó varias veces para advertirlos. Pastor Malchocado acelera descontroladamente para alcanzar a sus rivales.
Maraco se toma muy en serio su papel de copiloto. Experto en las vías del país va orientando a Ernesto de las curvas que están por venir, los huecos, los policías acostados, los charcos con sorpresas sumergidas, los puentes dañados. La pareja cual pilotos de Rally van sorteando los obstáculos con destreza formidable.
Pastor Malchocado en cambio cuenta con un copiloto que lo insulta, golpea y presiona. Acostumbrado a las bien hechas calles europeas poco falta para que se estrellen, se vuelquen o caigan por un precipicio. Amén de los tarantines que se han llevado por delante.
La Guacharaca: Ajá y que pasa si los alcanzan.
Mercedes: ¡Ay Dios!, La Torre.
La música cambia y los gamberros alistan sus armas. El autobús tricolor ya está a la vista. Pastor Malchocado continúa acelerando a pesar de la huecamentazón y los policías acostados. El Autobús Rojo va como caballo salvaje brincando hacia su objetivo.
El Mercedes Tricolor es chocado por detrás y el vidrio trasero se rompe sin estallar, los pasajeros gritan. El bus chino pierde el retrovisor izquierdo. Aún así siguen envistiendo.
En una curva el autobús Tricolor es rebasado por el Rojo. Ernesto trata de no perder el control.
Ya en la delantera los ocupantes del autobús rojo rompen el vidrio trasero. Armados todos de Kalashnikov disparan de manera inmisericorde contra el autobús plateado.
La Cascabel: ¡Mija pero tu lo que estás narrando es la Carrera Mortal!
14 años de violencia no pasan en vano, el autobús plateado es semi-blindado, podrá aguantar el calibre ligero pero no por mucho tiempo.
A pesar de estar en la delantera Pastor Malchocado no logra controlar el autobús Rojo. Los brincos no solo afectan la puntería de los gamberros, la urna del difunto golpea de un lado al otro desequilibrando aún más la unidad. El rehén logra liberarse de sus ataduras pero espera el momento oportuno para escapar.
Uno de los Piedreros saca una granada y remueve la espoleta, pero en un brinco del bus rojo la granada cae al suelo y rueda por el pasillo. El delincente se arrastra tras ella. El rehén ve la oportunidad, no puede esperar más, corre a la parte trasera del bus y tomando a dos de los gamberros por las piernas los arroja de la unidad. El Rehén voltea y ve venir sobre él al hombre granada en mano. El Rehén lo patea echándolo al suelo. Acto seguido el rehén salta y el autobús Tricolor lo esquiva para no matarlo.
En el otro bus Pedro, su hijo, lo reconoce y grita ¡Papaaaa!
Uno de los Piedreros saca una granada y remueve la espoleta, pero en un brinco del bus rojo la granada cae al suelo y rueda por el pasillo. El delincente se arrastra tras ella. El rehén ve la oportunidad, no puede esperar más, corre a la parte trasera del bus y tomando a dos de los gamberros por las piernas los arroja de la unidad. El Rehén voltea y ve venir sobre él al hombre granada en mano. El Rehén lo patea echándolo al suelo. Acto seguido el rehén salta y el autobús Tricolor lo esquiva para no matarlo.
En el otro bus Pedro, su hijo, lo reconoce y grita ¡Papaaaa!
Las mujeres en el estudio gritan también, casi se cae la transmisión.
Maraco y Ernesto evaden los ataques sin perder el control. Ven el retrovisor, el rehén parece estar bien. Maraco le advierte a Ernesto. Mantente en este canal, en algún lugar de esta vía dicen que hay una alcantarilla que nunca han reparado.
El hombre de la granada se pone de pie de nuevo. Pero demasiado tarde.
La explosión de la granada resiente la vía y de pronto el autobús rojo es succionado por un megahueco que ve la luz.
El autobús Tricolor frena justo a tiempo y se regresa a buscar al padre de Pedro.
Hay un nuevo pasajero en el autobús Tricolor. Todos están agotados de tamaño susto pero alegres porque en la carrera hay solo un competidor.
Mercedes lanza una carta y espantada grita: ¡NO DESACELERES CONTINÚA EN LA CARRERA! |
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Maraco responde: ¿Qué?, mosca mijo que por estas vías sale la Sayona, esas capillitas no están en la vía por ornato. Y apuntando hacia el frente observa el retrovisor con sorpresa.
La Cascabel mira su tabaco digital horrorizada: ¡Es un autobús negro!
Es uno de los 5 autobuses americanos que PPTSA compró para la campaña de 2012. Conducido por Bruno Senna, compañero de Malchocado, se acerca a gran velocidad para embestir al autobús tricolor por detrás.
Ernesto y Maraco hacen maniobras evasivas para evitar un nuevo choque que los saque de la vía.
Vicente, único juez a favor de la MUD, observa con horror la escena y le grita a Tibi y a La Mona Luisa. ¡Brujas! ¿Qué cosas hacen? Ese autobús no estaba en la competencia. La Mona Luisa responde: Pues ya está, además ya que para eso aplicamos la “continuidad administrativa”.
Raquelita una niña de 5 años admiradora de Ernesto observa tanta injusticia desde las gradas y con ojos llorosos mira a su abuelita y le dice ¿Por qué hacen estas cosas? Y la Abuelita responde: "porque son gente mala mamita. Solo Dios puede cambiar estas cosas y para eso hay que Orar".
La niña y su abuela comienzan a orar junto con Mariana la astróloga:
“Señor Dios, Envía tus avispas para que protejan a los justos y echen fuera al enemigo. Protégenos en medio de la tormenta…”
De pronto comienza a llover fuertemente. La avispa que come del polen de las flores colocadas en el estrado VIP es obligada a volar dentro del salón de las malvadas juezas de la carrera.
La lluvia moja y destruye el ya tachado reglamento, y el viento riega las hojas manuscritas pegadas con cinta adhesiva. Tibi sorprendida dice: Se ha mojado el reglamento ¿Qué vamos a hacer?
Tranquila, esas son nimiedades y soy experta en decretos de voz, responde la Mona Luisa. De pronto La Mona Luisa va a emitir otro decreto para alterar la carrera y justo cuando toma aliento, la avispa entra en su garganta y la pica. La garaganta de la Mona se inflama impidiéndole hablar y solo gesticula y echa escupitajos con desesperación. De inmediato sus escoltas la llevan de emergencia al CIMEQ. Ya no se le verá más.
Tibi y la Guacamaya están como locas. Hay que llamar de urgencia al Gordo Carrá, “El Bueno”, con otra copia del reglamento.
Maraco como buen copiloto y conocedor de las vías entra en conocimiento de la ruta que recorre y tomando el volante de Ernesto lo hace salir de la vía, haciendo que el autobús negro siga de largo. Ernesto mira con sorpresa a su copiloto y un pasajero grita: “¿Por qué nos sacas de competencia?, que ¿acaso saltaste la talanquera?”.
Ernesto le pregunta a Maraco: ¿Por qué? y Maraco responde Dios sabe por qué hace las cosas mijo.
Ojitos Lindos ve un aviso pasar frente a sus ojos:
“Puente el Guarapo Frío”
Pluma Blanca ve el mismo aviso y dice sonriente: Hey hace como ocho años te di plata para que arreglaras ese puente ¿No?
Diomenes es un viejo agricultor del pueblo del Maporal al sur del estado Aragua frontera con Guárico. Está decidido a que su voz y la de su comunidad sea escuchada por el entonces Ministro de Infraestructura.
Ojitos lindos conversaba con uno de sus testaferros sobre las obras que le iba a adjudicar a dedo cuando de pronto irrumpe en su oficina Diomenes.
La secretaria escandalizada pide disculpas al Ojitos por el mal rato pero este le dice que no hay problema y le da la palabra al humilde campesino.
Mire zeñor ojitos lindo, yo vengo de allá de lejos del Maporal una comunidad creyente del Comandante Panelo y su revoluzión. Vine a la capitar pa ver si justé nos cambia ese puente que mientan del Guarapo. Mire ese puente lo puso Luijerrera. Carlosjandrés vizque nos lo jiba a cambiar y el viejo Cardera lo que le mandó fue a sordar unaj planchas porque el piso sestaba cayendo. Mire resurta ser que cuando llueve ese puente lo jamaquea el viento, el piso que no ta oxidao se pone resbaloso y el que ta oxidao, se le caen los pedazos como una galleta e casabe y pareciera que lagua del río se lo juese a llevar. Dasta miedo zeñor. Los niños se quedan sin clase cuando crece ese Río.
Ojitos Lindos mira a su testaferro y le dice: “Y aquí tienes un punto de cuenta y un cheque para que arregles el puente ese.”
¡Jay Garcias zeñor! Responde Diomenes y se retira con lágrimas en los ojos.
El testaferro mira a Ojitos lindos y le dice: ¡Con esta plata se montan dos puentes de vigas pretensadas! A lo que responde Ojitos:
Si, pero tú me vas a depositar la mitad de esa plata donde ya tu sabes y la otra mitad la coges para soldarle un par de planchas nuevas y bueno lo demás es pa ti.
Señores, dice Ojitos Lindos a Pluma Blanca y a Bruno Senna ¡por supuesto que lo arreglé y está mejor que nunca!, por cierto voy a hacer pipí. Ojitos lindos hace como que va al baño pero en su lugar pulsa el botón de emergencia de la puerta intermedia y se arroja del bus.
Al pasar la curva Senna observa al tenebroso puente maltrecho.
Grave error, a esa velocidad ya no puede dar marcha atrás y frena.
El bus y el puente caen al vacío envueltos en llamas.
A las orillas del río, aguas abajo, Ernesto, Maraco y el resto de los pasajeros del Bus Tricolor ven el dantesco espectáculo.
La lluvia cesa de inmediato y el rio baja lo suficiente como para que el Bus Tricolor cruce. El pueblo de Maporal lanza vítores a Ernesto.
El bus de Ernesto llega a las 10pm a la meta y es recibido con alegría por sus seguidores, familiares y amigos. Pero Tibi se niega a dar el trofeo y le pone largas. Ella y la Guacamaya esperan que Ojitos Lindos traiga un nuevo autobús para alargar la carrera, mientras El Gordo Carrá “El Bueno” modifica el reglamento.
La prensa del mundo está a la expectativa y los seguidores de Ernesto están angustiados. Saben que van a desconocer su triunfo.
La Cascabel observa su tabaco y dice: Vienen unos hombres uniformados.
De pronto arriba el alto mando, muchos de ellos son rostros nuevos pero cansados. Un periodista se acerca a uno de ellos y le pregunta: ¿Qué ha pasado con la carrera? A lo que responde el General Larrazabal: Lo obvio que Ernesto ha ganado.
La Guacharaca intuye de inmediato: Ante esta afirmación se sobrentiende que no hay apoyo militar para negar el triunfo.
A las 3:30am Tibi da el resultado.
La periodista de Mundovisión se prepara para dar su reporte desde el pueblo de Maporal al sur del estado Aragua. Es la regia inauguración del puente rebautizado “El Guarapo Caliente”.
Ernesto investido como presidente hace casi un año inaugura el hermoso puente atirantado diseñado por el maestro Calatrava.