sábado, 3 de mayo de 2014

CAPITULO 2.5: LA BOLA NEGRA

 

 
Es una noche oscura y fría en la finca “La Palometa”, un rincón lejano y olvidado del Hatillo. De la casa, pintada hace ya muchos años de un color oscuro, que la hace ver casi negra en la noche, solo se distinguen las luces que se cuelan por las ventanas. El concierto de grillos y ranas es acompañado por el aullar de algún perro salvaje, el silbido del viento, el choque de los árboles o los gruñidos de las peleas de algún gato que lucha por comerse alguna rata del monte o un rabipelado.

Ese concierto de la oscuridad tenebrosa es interrumpido por el rugido de una caravana de motos que se dirige a la casa de “La Palomera”. Cada grupo de dos o cuatro motos Kawasaki, color negro, acompaña a una camioneta de lujo blindada. Guiados por las instrucciones de uno de los empleados de la finca, las camionetas van encontrando lugar entre los patios y el matorral. En cada grupo, un motorizado es designado para abrir la puerta de su camioneta respectiva y de ella descienden personajes conocidos en el mundo de la revolución socialista.


Uno a uno, los personajes, son acompañados por sus escoltas hasta la entrada, allí sus jefes, deberán dejar sus armas con estos y luego esperar afuera. Meticulosamente los personajes son revisados con detectores de metales y de sensores electrónicos ocultos tales como: micrófonos, GPS o microcámaras. Los invitados incluso son despojados de sus lentes de marca. Sólo los que aparecen en una lista están autorizados a llevar sus lentes por prescripción, previa revisión. Luego de pasar por la estación de revisión un grupo de anfitrionas elegantemente vestidas aborda a los invitados para que saquen de un bolso de tela negra aterciopelada una bola de billar. Esta bola deberán mantenerla fuera de la vista de los otros invitados hasta que se les indique.

Los invitados son guiados por un grupo de anfitriones elegantemente vestidos pero fuertemente armados al comedor de la casa. Allí hay una gran mesa estilo colonial de 18 puestos, iluminada por tres lámparas de araña. Todos los invitados toman asiento en las pesadas sillas de caoba, guardando por lo menos un puesto vacío, uno de otro y sin ocupar la cabecera de la mesa, que está reservada para el, aparentemente, dueño de la fantasmal casa.
 
Tomó una hora y media reunir a todos los invitados. La puntualidad no es una virtud muy venezolana y menos de los personajes que están reunidos allí. Todos estos señores se caracterizan por su maldad, arrogancia y egocentrismo. Sólo aquellos que jerárquicamente están por encima de ellos pueden reprochar su impuntualidad u otros defectos. No faltó ningún invitado, a pesar el retraso, la nota de invitación, captó el interés y su remitente era lo suficientemente importante como para despreciar la oportunidad de estar presente.

Entra el anfitrión, de manera lenta, silenciosa pero elegante toma asiento en la cabecera de la mesa. Silenciosamente pasa revista de los invitados y con un saludo va nombrando a cada uno de ellos:
 
-Buenas noches Juamba, ¿Cómo va la dieta?

-Bien José Convincente ¡Yo te hallaba muerto chico!

-Tengo mi secreto de juventud y vida eterna. Buenas noches Carrao “El Bueno”, eres muy popular, ahora como abogado nuestro.

-Buenas noches. Alguien tenía que suplir a mi hermano “El Malo” QEPD.

-Sí que se la supiste hacer a esos ilusos de la oposición con tus sabias recomendaciones, obedecidas al pie de la letra. Ahora te maldicen mientras nosotros nos burlamos. Es la bondad de apostar a largo plazo. ¿Qué me dices tú “Carepincho”? ¿Qué tal el parlamento?

-Bien Señor, pero todavía no llego lejos como ustedes.

-Tranquilo, tal vez esta sea la oportunidad que tanto ansías para llegar a la inmortalidad ¡Nadia! Mi bella niña, gracias por venir, esta vez como invitada, "no secuestrada".

-Ay el gusto es mío señor José, de estar acá nuevamente “secuestrada” jijijiji… Dígame, ahora ¿Para qué soy buena?

-Ya sabrás, deja la impaciencia ¡Eleazar! ¿Cuántos años han pasado desde que rodaste con la moto?

-¡Viejo hipócrita! ¿A ti qué te importa?

-Tú siempre tan tierno. Los tres conversos Rocco, el hombre dificultoso, Winton el “Hércules”de revolución y el “Cochinito” este que ocupa el puesto de María Karina.

-Buenas noches señor José Convincente. Esta casa está buena para una película de terror.

-Tranquilo Rocco, yo me aseguraré que seas el protagonista de esa película.



-¡Ahora somos una Famiiiiiliiiaaaa!

-No somos Winton, así que calmate- responde el viejo José.


-Señor eee....
-No hables Sánchez. Vienes aquí sólo a escuchar. Los he reunido para informarles que la oposición radical y apátrida, los miembros de “La Hermandad”, junto con Uribe, Vicente Fox, Dick Cheney, Danny de Vito y Arnold Schwarzenegger tienen un plan macabro contra la revolución.
Todos los asistentes comienzan a murmurar unos con otros, incluso algunos comienzan a“tirarse puntas”, acusándose mutuamente de traición. José Convincente toma una cucharilla y una copa y comienza a campanear para llamar al orden, pero nadie le para. Entonces quiebra la copa y la mitad de los asistentes calla mientras “Carepincho” y el “Cochinito” Sánchez continúan discutiendo. A la señal de José Convincente, uno de los mesoneros saca detrás de un mueble un Kalashnikov y golpeado al “Cochinito” Sánchez con la culata, en la nuca, y este cae inconsciente. “Carepincho” no deja de burlarse, así que José le arroja la pesada cucharilla en la cabeza.







 

 
-Señores debemos conservar la disciplina.



-Pero señor Convincente, ¿Cuál es ese plan?

-Todavía no lo sabemos amigo Carrao, pero hay algo de lo que hay que estar bien seguros. Es muy malo para nosotros. Por eso los he llamado. Uno de ustedes me ayudará a develar el plan y anularlo. Habrán muertos y detenciones, pero muy importante. El elegido será un prócer que pasará a la inmortalidad en los anales de la historia. Será conocido y recordado su nombre con orgullo. Incluso ¿por qué no? será el sucesor de Nicodemo, llegado el tiempo.


Los asistentes se fascinan por las palabras del viejo orador, incluso el “Cochinito” que poco a poco vuelve en sí.

-¿Quién será el elegido?- pregunta Juamba.

-El elegido será el que tenga “LA BOLA NEGRA”….
 
 

Enseguida los invitados a la reunión van descubriendo de manera discreta sus bolas, tomando la previsión de no dejarla ver por los otros. El gordo Carrao ve que tiene la bola 11, rayada roja. En su rostro se nota cierta decepción silenciosa, pero circunspecto mira al frente orgulloso. Juamba descubre que tiene la bola 13, rayada anaranjada, se nota en su rostro ira y con desprecio echa la bola sobre la mesa. “Carepincho” ve que tiene la bola 7, vino tinto, y comienza a refunfuñar sobre su vida llena de derrotas en el azar y el amor. Nadia siempre supo que tenía la bola 4, morada, pero como solo puede pensar en el amor de su vida, Rodriguez Torbes, no le importó. Eleazar Oropeza observa que tiene la bola 10 rayada azul, pero no importa, el solo necesita saber quien tiene la bola negra.
 

El Rostro de Rocco es un poema de alegría, él tiene la bola negra, el 8. Pero justo cuando va a ponerse de pie es sujetado fuertemente por el brazo musculoso de Winton quién le quita la bola y se la cambia por la bola amarilla, el 1, y le dice: -Yo fui quien te metió en este mundo así que tengo derecho a tener esa bola-. Rocco se entristece como la niñita del Jamón Plumrose.
Pero Winton no ha terminado de tomar la bola en sus manos cuando un destello de colores nubla su visión. Eleazar Oropeza le ha estrellado la bola 10 en la cara y le arrebata la bola negra:

-¡Coio Dana#uevo me vodaste dos dentes!
 -¡Calla o te meto dos tiros ahora mismo! Coje ahí esa bola, que esta es mía.

 
 
Eleazar se pone de pié exhibiendo la bola negra con el 8 a la vista de todos y exclama:

-¡YO TENGO LA BOLA NEGRA! ¡Yo seré ese prócer del que tanto se hablará en esta revolución! ¡Por fin saldré del ovido y volveré a la palestra!

Pero en vez de recibir aplausos recibe abucheos y un par de pelotazos en el pecho.

-¡Cálmense ya! Ya ha sido elegido el héroe para enfrentar los planes macabros de “La Hermendad”, así que largo de aquí todos los demás y déjenme a solas con el camarada Eleazar.

Entristecidos, los invitados parten de la siniestra finca “La Palometa”, mientras burlonamente Eleazar Oropeza los despide con risas y groserías.

Eleazar es conducido hasta otro salón dentro de la casa de José convincente, donde parece que están haciendo algún tipo de remodelación, ya que hay paredes a medio pintar, andamios y herramientas de pintura; además en el piso hay una gran lona plástica sobre la que Eleazar camina cuidándose de no resbalar.
 
 
 

 

-Cuéntame viejo ¿Cuál es el plan?- Eleazar mira fijamente a los ojos a José Convincente y este también lo observa en silencio. Por espacio de diez segundos ambos hombres se miran fijamente uno al otro, hasta que la mirada del viejo Convincente apunta al suelo. Eleazar agacha la cabeza y solo observa sus zapatos pisando sobre la lona plástica, luego se da cuenta que el viejo José, en cambio, pisa el parquet sin protección alguna. Un helado viento recorre el espinazo de Eleazar, y su mirada de terror se cruza con la mirada burlona del viejo que cruza los brazos y acaricia su barbilla con su mano derecha. Luego la mirada aterrorizada de Eleazar Oropeza se inclina hacia la Bola Negra que tiene en su mano izquierda.


Eleazar recordó a su amigo, el Fiscal Camilo Williamson, cuando su auto estalló aquella noche de octubre de 2004. Al mando del recién creado SIBOL, su director, Eleazar Oropeza, leía en la autopsia de su amigo de la infancia, que había una resina derretida en la mano izquierda del cadáver; se presume un objeto plástico redondo de seis centímetros de diámetro ¿Una bola de billar tal vez…?

Las luces de la finca “La Palometa” se apagaron, dejando todo completamente a oscuras seguido del aullido de un perro salvaje.





Nicodemo aprovecha el discurso del primero de Mayo para informarle a todos los presentes, funcionarios públicos obligados a asistir en su apoyo, a la plaza O’ Leary, sobre los detalles de la muerte de Eleazar Oropeza, quién fuera encontrado ahorcado y semidesnudo en un viaducto del sur oeste de la ciudad tres dias atrás.
 
“Miren como estos fascistas han suicidado a nuestro prócer Eleazar. Le dieron ocho tiros en el pecho, lo desnudaron, lo ataron de pies y manos, y lo ahorcaron. Ah pero según Torbes, el murió fue del arhorcamiento. Sin que se dieran de cuenta los homicidos y las homicidas, porque hay homicidas, mujeres del sexo opuesto; yo las conozco, una vez una me quería hacer el bondaje de la mor; pero ese es otro tema; como les decía, el difunto hérue pudo escribir una nota con su propia sangre diciendo: ‘ME MATÓ LA HERMANDAD’, cierro comillas ¡Muérganos apátridas! Voy a leer la lista de los autores, y las autoras, intelectuales e intelectualas, de este autosuicidio despiadado y sin compasión alguna: Barack Omama, María Conchita, María Karina, Leonardo, Ernesto, el tal Lucio, Perro e’ rancho y  Alicia Cuper. Homosexuales todos ellos, porque yo soy sendo macho, y los reconozco apenas los veo. Ahora saltan unos burócratas de la PTJ a decir que fueron unos lateros que los agarraron infraganti, colgando a Eleazarcito en el viaducto. Que y que un viejo les pagó para que cometieran este crimen delictual ¡Nooo! Yo solté a esas mansas palomitas y metí presos a estos traidores. Ese crimen lo cometió quienes yo diga, o me manden a decir de allá de la isla, no ustedes. Jefe es jefe aunque tenga cochocho noooda ¿saben? ¡Ah Bueno!”

 



Mientras Nicodemo continúa su alocado e incoherente discurso, incluyendo en la lista más y más gente de oposición; y mientras estos en sus hogares o en los pocos medios que quedan libres, debaten y se defienden de las acusaciones; en el inframundo; en una dimensión a 12 kilómetros bajo el suelo, en medio de la lava, la candela y los gritos desesperados de las almas perdidas, el exclusivo bar Bola 8 Ball Rally and Male Pole Dancers se prepara para recibir a una nueva estrella.

 
Todas las mujeres malvadas, asesinas y locas de la historia se agolpan a las puertas del local para entrar a ver el nuevo espectáculo. Las primeras en entrar son las asiduas visitantes del local, cada una agrupada en su mesa, a la espera del inicio del show.



Esa noche el animador, mesonero y vendedor de chucherías en el baño, Camilo Williamson, se siente complacido en presentar a su gran amigo:

 

“Señoras y Señores del inframundo, tengo el honor de presentarles a un entrañable amigo, que hará el show esta noche, y mañana y pasado mañana, per secula seculorum, hasta el fin de los tiempos, es ¡EEEEESLAYVERRRRR el stripper Policíaaa!”

 
El público rompe en aplausos mientras una orquesta toca la canción YMCA de los Village People y una coreografía de los viejos strippers del local hacen la antesala a la nueva estrella ataviada como agente del SIBOL.

La mesa de las Aristócratas está cerca del escenario donde los bailarines deleitan a las damas. Mientras María Tudor de Inglaterra se queja de la puntualidad del evento junto con Margaret Tacher,  Lucrecia Borgia trata de seducir al nuevo stripper enseñándole sus piernas y picándole los ojos. Al mismo tiempo, Juana la Loca le mete dinero en los calzones al novísimo bailarín y esta reza dándose golpes de pecho. Elizabeth Bathory de Hungría, aprovecha la cercanía del hombre para arañarlo con sus garras y probar su sangre.




Las faranduleras también están cerca del escenario, pero en el otro extremo. Alexis Carrington le arroja dinero al bailarín, mientras Cruella de Vill admira su piel. Pastora Lara Portillo ordena una ronda de champaña para sus amigas y vierte veneno en las mismas para ser ella la única que Eslayver vea en esa mesa. Purificación Burgos alegó hace media hora que iba al tocador, pero en realidad está esperando al bailarín exótico en su camerino.

La Genocidas observan el espectáculo de manera discreta y silenciosa. Eva Braun tararea la canción de los Village People mientras Ilse Koch la mira perdidamente enamorada. Maria Mandel e Irma Gresse esperan atentamente que el stripper se quite el calzoncillo para ver si es judío o no. Elena Ceaucescu admira al hombre y se queja de los defectos de su anciano esposo Nicolae.



La mesa más animada, pero más alejada es la de las criminales. Eslayver lanza un beso y una rosa a esta mesa, pues Luisa Ron, es un rostro conocido para el finado Eleazar Oropeza. Luisa aúpa a su amigo y amenaza de muerte a quien se atreva a criticar el show.

Belle Gunnes un poco celosa, espera que el bailarín baje del escenario para matarlo de nuevo con sus propias manos. Si no es para ella, no será para nadie. Aileen Carol Wuornos, también quiere matar al bailarín. Es su forma de expresarle afecto a los hombres. Bonnie Parker, en cambio espera la señal de Clyde, que está en la coreografía, para asaltar a la caja del local. Tal parece que la velada terminará en disparos como siempre en el inframundo.
 

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La segúnda del temporada #ComandantePanelo no ha terminado


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