lunes, 11 de julio de 2016

CAPITULO 2.12: EL GRAN OMKHULU


Nicodemo está atormentado por la crisis que agobia su gestión. Las imágenes que llegan a todas las redes sociales, sin control alguno de los funcionarios de ESCOÑATEL, de los saqueos originados por las protestas por falta de alimentos en todo el país dejan en evidencia que su liderazgo se va por el caño.

Días antes, Nicodemo, estaba al borde de la renuncia. Los venezolanos sortearon todos los obstáculos puestos por Tibisí para validar el 1% de las firmas para iniciar la recolección oficial de firmas para ejecutar la revocatoria del mandato de Nicodemo. Las colas de venezolanos autorizados a validar se confundían con las colas en los automercados en busca de alimentos. 


No sirvió de nada bloquear los caminos, apresar gente, sabotear el proceso de validación, la operación “morrocoy”. Con todo eso se pudo recabar el 3%, el triple exigido por la ley.

Por si esto no fuera suficiente, “La Pereza” pone la cómica en el pleno de la OEA, en su intento desesperado por impedir la ejecución de los procedimientos previstos en “La Carta Democrática”.






Mientras, la mal preparada canciller, hacía una letanía de insultos contra el Secretario General, los asistentes a la cumbre veían en vivo las protestas en el interior del país en sus teléfonos y tablets. La imágen de un discapacitado deteniendo una tanqueta fue determinante. La votación fue una gran derrota.


Ex presidentes amigos de Panelo, cuyos gobiernos no fueron reelectos, o sus partidos perdieron las elecciones, por el temor de los electores, a que sus países se convirtieran en segundas Venezuela, se aliaron a Nicodemo, para simular un diálogo con la oposición. Maniobra nada barata, para las arcas vacías del régimen. Pero Harold Pérez Alfaro, presidente de la Asamblea Nacional y Cheo Torres logran desbaratar los “trapos rojos” y las “marramucias” de los tarifados.



Es media noche en Miraflores. Nicodemo observa con horror la foto del discapacitado que reta a las fuerzas militares durante la represión de los saqueos en Tucupita. Al minimizar la ventana, se observa la ventana de Word con su renuncia. Bajo la excusa de irse a Rusia, en una visita no oficial, para pedirle plata a Putin, Nicodemo anunciará su renuncia y su petición de asilo político en Moscú. Total, allá Nicodemo ya tiene una base instalada con su hijo Nicolino. De pronto se oye la puerta tocar.





-¿Quién es?- Pregunta temeroso Nicodemo, empuñando su Kalashnikov bañado en Oro. Nicodemo sabe que los militares están inquietos y no va a permitir que le pase lo mismo que le pasó a un tal “Chaochesco”. Un dictador comunista, casualmente tocayo, que vio su gloriosa revolución interrumpida, cuando los militares decidieron fusilarlo, para quedar bien con la población, casualmente hambrienta.


-Soy yo jefecito, Gorgojo Sorio. Quería hablar con usté.

-Pasa rápido y cierra la puerta-, Nicodemo acciona la cerradura eléctrica de la puerta de su despacho y el Gorgojo Sorio entra con una taza café en la mano. Nicodemo cierra la laptop.

-Jefecito, venia del TSJ. Usté sabe. La jueza dictó un recurso de “Jabeas Corpus” para que ya naiden me nombre y menos me digan corruto ni ladrón. Entonces, venía caminando por aquí y me dije ¡OH! Debo pasar por aquí para agradecerle al jefecito y le traje un cafecito.

-Gracias Gorgojito. Estoy triste chico. Estaba pensando que es verdad lo que dice el viejo mama&/%$## este Harold. Yo no sirvo para esto. Panelo se equivocó.

-¡Noooo jefecito! Usté es bueno. Panelo no se equivocó. Lo que pasa es que la guerra económica y los escuálidos…- Y Gorgojo Sorio inicia una letanía de halagos para Nicodemo.

-Gracias Gorgojito… Eres uno de los pocos militares que me respeta, ni pensar que todos me piden que te meta preso, porque según, tú eres el culpable de todo este desastre con la comida, para ver si la presión en la población baja.




-¿Yo señor? ¿Cómo el chinito de RECADI?

-Y ahora las mujeres caminan encima de los guardias que custodian los pasos fronterizos para comprar comida en Colombia. No sé qué hacer. O bueno, sí- Nicodemo acaricia su laptop.

-Jefecito. La solución de este problema es espiritual ¡Yo se lo dije una vez!

-Si bueno ¿Te acuerdas de los sacerdotes estos y El Pacto? Todo eso se cayó. Y la cosa ha empeorado.

-Jefe, yo sin autorización suya, he hablado con alguien.

-¿Con quién?


-¡El sumo pontífice de la religión Umpalumpa! El Gran Omkhulu. El jefe de los sacerdotes que le trajimos en abril del año pasado. Él está dispuesto a venir para apoyarlo y hacer un trabajo bien bueno ¡Pa que usted gobierne para siempre!

-¿Tú dices?

-¡Claro! Bueno pero me tiene que dar una platica. Para hacer los preparativos jefe.

-¡Si si…! Baja el cuadro aquel y pon la combinación 35-53-35.

Gorgojo Sorio baja un cuadro del Bolívar de Cromañón, recuperado de los que Harold desechó de la Asamblea Nacional, y detrás de él está una caja fuerte. El hombre la abre y saca todas las pacas de billetes de 100 dólares y 500 euros ante la mirada atónita de Nicodemo. Se saca una bolsa negra de uno de los bolsillos de la chaqueta roja que siempre viste y mete todo el dinero allí.

-Chico y ¿Te lo vas a llevar todo?

-¡Claro jefe! Los viáticos y todo aquello.

-Será, pero hazlo rápido. Trae a ese tal Cuculo.

-¡Seguro! ¡Nos vemos!- El Gorgojo se va con la plata, ante la mirada atónita de un desesperado Nicodemo.



Han pasado seis días. En la Rampa 6 del Aeropuerto de Maiquetía está Nicodemo acompañado de lo más granado del PUFS, sacerdotes Umpalumpa locales y una orquesta de tamboreros. Esperan a que el avión del General Gorgojo Sorio, venido directo desde Sudáfrica, se estacione y este desembarque con el famoso dignatario de la Fe, el sumo pontífice de la antigua religión Umpalumpa, el Gran Omkhulu.

La puerta del avión, comprado con dinero del fraude a los venezolanos con las toneladas de alimentos de PUDREVAL, se abre y desciende Gorgojo Sorio vestido sport, saludando a todos con la seña del PUFS, el puño y la palma. Nicodemo y sus compañeros de partido lo abuchean y lo conminan a que salga de una vez el hombre que han esperado durante estos largos seis días.

De pronto un anciano blanco, sucio y mal oliente con una túnica de tela de saco de papa color gris se baja acompañado de otros dos hombres con túnicas marrones, igual de sucios.

-¡Guardias! Falló la seguridad. Agarren a estos dos lateros y llévenselos.

-¡NO no! Nicodemo ¡Este es el hombre!

Todos se quedan impactados ante las palabras del Gorgojo Sorio. Sólo los sacerdotes locales abren las manos y caen al suelo de rodillas.

-¿Cómo? Pep pep pep…- Nicodemo señala al tipo con desdén.

-Buenos días- dice el anciano en marcado acento español castizo. – ¡Que la paloma de Umpalumpa descienda sobre ustedes y les revolotee en el interior, llenándolos de dicha y felicidad!- Ante esas palabras, los tamboreros comienzan a tocar eufóricamente.

El anciano se acerca a Nicodemo para presentarse. Lo mira de arriba abajo y luego le dice:


-Cuéntame algo hijo mío ¿Qué esperabas ver? A un viejo negro y gordo, vestido con una batola colorida, lleno de collares, con una botella de ron en una mano,  un tabaco en otra y sobre la cabeza un gorro con plumas…

-Bueno…- responde Nicodemo apenado.

-Tienes ideas erróneas de la fe, por eso a ti y a tu predecesor les fue tan mal. Con solo verte el diagnóstico es claro. A este pobre hombre hay que hacerle el “Totumanku” y cuanto antes.

En una sala de reuniones del palacio de Miraflores, el Gran Omkhulu le explica a Nicodemo y al General Gorgojo Sorio, los detalles del ritual:


-Es sencillo. Sólo hay que exhumar el cráneo de un gran líder guerrero, que en este país hay de sobra, y beber la bebida sagrada directamente de él.

-¡Buenísimo! Tomaremos el cráneo de Panelo porque el de Simón Bolívar ya él lo uso.

-No se va a poder usar el de Panelo.
-¿Por qué?

-Porque él ya no existe ni en el plano de los muertos.

-Pero ¿cómo es eso?- pregunta el general.

-Simple. Panelo al llegar al Infierno trató de derrocar a Cachirulo El Venado y fracasó en su intento.


-Bueh… como en vida- dice el Gorgojo sonriente ante la mirada seria de Nicodemo.

-Como les decía. Panelo fue enviado al Naraka-Arbuda-Atata, el Infierno helado de los polacos. Allí pasaría la eternidad congelado. Pero no sé cómo se liberó y trato de escapar al reino de los vivos. Simón Bolívar mismo lo desintegró. O sea que en el mundo de los muertos, Panelo, está muerto.




-¿Cómo va a ser eso posible? El alma no puede morir ¡Panelo vive! ¡La lucha sigue!

-¡Bah! Pamplinadas. Las almas son energía hijo mío. Y la energía no se destruye, se transforma. Allá, en el más allá, el hecho que tu alma sea eterna no quiere decir que no pueda ser destruida y transformarse en luz o en oscuridad ¿Qué ninguno ha leído el Chacumbele Popol Vuuh?- Ante esta pregunta Nicodemo se queda viendo al anciano con la boca torcida y Gorgojo Sorio sólo sonríe. –Bueno ya veo que no. Apenas tengan el cráneo del gran guerrero debemos ir a tu lugar de nacimiento Nicodemo.

-¿Y por qué? ¿Por qué no aquí en el sótano donde está el altar?

-Porque después de cada ritual debería nacer el “Hombre Nuevo” y para que eso suceda tiene que ser donde nació el viejo…

-Bueno Jefe tendremos que ir a Cúcuta…

-¡Cállate! ¿A juro tiene que ser allí?

-¿Por qué crees tú que todos los rituales que han hecho Panelo y tú han fracasado? ¿A ver si sabes?...

-Nicodemo mira con pesar a un lado.

-Umpalumpa es más que tabaco, tambores, ron y collares cloridos. Hay que leer el libro de Chacumbele. Allí está la sabiduría…

-Bueno jefe, hablamos con Santos y los panas Faracos que vamos a celebrar nosequecosa de la Paz y montamos el templete allí.



-¡Claro Gorgojito! ¡Si va! ¡Yorch! ¡Perra loca! Ven acá pronto- Entra el alcalde de la ciudad aún enfurecido por el tema del revocatorio. – ¡Mira sirve pa algo! Ve ahí al cementerio y tráeme el cráneo de Isaías Gómez Jiménez.

-¡Ooooh! Jefazo es una muy buena elección.

-Oh sí. Este platanote va con todo.

Yorch asiente y delega la tarea en sus escoltas.


En el Cementerio General de Caracas está la tumba del añorado general Isaías Gómez Jiménez. El general desarrollista que durante los años 50 construyo grandes obras en las principales capitales de Venezuela, y las más modernas autopistas y edificios en Caracas. Jiménez es derrocado en 1958 por sus colegas militares y miembros del Partido Democrático. Jiménez vive en el exilio, en España, hasta que muere en 2001, y sus restos son repatriados, por orden de Panelo y puestos en el panteón de la familia Jiménez.


Los días transcurren entre la lluvia, el sol y las hojas secas de los arboles que caen sobre el pequeño panteón. A medio día, el silencio del lugar, es interrumpido por un camión que se aproxima por la calle que pasa por el frente. Una cuadrilla de obreros hacen las maniobras para bajar un pequeño tractor bobcat, con un martillo neumático.

Los obreros comandados por Esneydel, el guardaespaldas del alcalde, comienzan a romper el grueso mármol de la tumba de Isaías Gómez Jiménez. Hoy en el Cementerio General de Caracas, la profanación de tumbas es algo de rutina. Casi el 80% de las tumbas han sido destruidas por los seguidores de la  religión Umpalumpa, bajo el amparo del régimen, para extraer los restos de los difuntos, para comerciar con ellos y hacer toda clase de rituales y sortilegios. 

 Tanto que ya es normal ver estas profanaciones a plena luz del día. Sólo las tumbas de famosos personajes de la historia, son “respetados”, pues están reservados para los altos dignatarios del régimen.

La tapa de mármol ha sido destruida por el martillo. La urna oxidada es sacada por los obreros y puesta a un lado de la calle entre cánticos y tambores de los "wanagezy" (aprendices de Umpalumpa) a los que se les ordenan estas labores. La urna es destapada y el horroroso cráneo cubierto de lodo e insectos es puesto a la luz. Esneydel saca la caja, donde colocarán el objeto encargado. El joven guardaespaldas camina entre los escombros de las otras tumbas profanadas para llegar a su vehículo y así entregarlo para el ritual. Un árbol caído y el maraqueo de una cascabel, lo hace acortar camino entre las tumbas. Al pisar una losa rota, esta se parte y Esneydel cae con la caja. El cráneo sale,  rueda entre las ruinas de las tumbas y al caer en el fondo de una tumba profanada, este se parte dejándolo inservible.

Otros dos guardaespaldas se bajan de la camioneta y corren hacia su compañero caído:

-¡Maric”#$! Rompiste el claneo

-¿Qué mama&/%$? Me dí un coñ%%$#%.

-Nada Esneydel se te cayó y lo rompite…

-Vel&/% Yojandry ¿Qué hacemo?

-Naaaah merweb&/%= decíle a lo jefe
-¿Qué paju()&%# me vas a vendé?

-Nada chamo hay que resolvé- dice el tercer guardaespaldas, que es más viejo

Los guardaespaldas miran de un lado al otro y de pronto este tercer hombre, Robert, se da cuenta que está sobre el panteón de la familia Vargas Pietri.


-¡Vengan acá par de mamasg&/%$#os! Miren este es Rómulo Vargas Pietri. Él fue presidente de Venezuela también. Era el hombre más inteligente de todo el país.

-Jajajajajaja al jefe Nicodemo le va a hacer farta.

-¡Vamos! Dejen la habladera de hue%&$#adas y traigan el chovel con el maltillo.

Los obreros llevan el bobcat con el martillo hasta el panteón del ilustre presidente Rómulo Vargas Pietri, el hombre más letrado del país. Quién por cierto, vio su presidencia de Venezuela, truncada por la mano armada de Isaías Gómez Jiménez.


En la población de San Cayetano, a treinta minutos de Cúcuta, miembros de las FARC y el gobierno de Colombia se reúnen para celebrar “LA PAZ”, en compañía de Nicodemo. Pero en realidad la extraña locación fue elegida, por ser la ciudad natal de Nicodemo. Allí el Gran Omkhulu celebrará el “Totumanku”, donde Nicodemo beberá el néctar sagrado, del cráneo del líder inhumado:

-Que pasen adelante los wadadíes tunkun makum con el totumo.

Se abren las puertas de lona de la carpa instalada cerda de la vieja casa de los Madero Mata en el pueblo. Entran los Narcosoles, vestido con batolas coloridas, estampadas con motivos africanos y numerosos collares. El general Gorgojo Sorio, saca el “Totumo” de la caja, el cráneo de Rómulo Vargas Pietri, pensando que es el del gran líder militar Isaías Gómez Jiménez. El Gran Omkhulu toma el cráneo y lo examina.

-¡Excelente elección para un líder!

-Señor vea no lo hemos limpiado aún, está sucio y feo.

-¿Limpiar? ¡Pero si está perfecto! ¿Cómo que limpiar?

-Hombre ¿Como Nicodemo va a beber de ese cráneo lleno de barro y animalitos?

-No entiendo.

-Bueno, cuando Panelo hizo lo mismo con el cráneo de Bolívar. Se limpio y se desinfecto.

El Gran Omkhulu horrorizado se lleva la mano al pecho y exclama.

-¡Son unos locos ignorantes! Al lavarlo botan la esencia del “Totumo” por el caño ¡Con razón Panelo murió! ¿Qué acaso el sacerdote que ofició esa ceremonia no leyó el Chacumbele Popol Vuuh?

Uno de los Narcosoles el General, Prato levanta la mano.

-A ver ¿Usted leyó el Chacumbele Popol Vuuh?


-Bueno yo compre uno grandote, con letras doradas para mi coronación como “wadadí”.

-¿Y lo leíste?

-No hombre ¿Quién va a leer eso? Yo lo compré junto con unos tambores y unas imágenes y monte un hermoso altar. Armé una fiesta, con mucho ron, tabaco y mujeres. Mucho tambor, mucho ron y viagra. Perreo ufff ufff y bueno al final el sacerdote me dio este collar tan hermoso.

-Ven aquí hijo, muéstrame ese collar.

-Prato se acerca mostrándole el collar.

Entonces el Gran Omkhulu hace un ademán con la mano derecha y el collar, como cobrado vida propia, comienza a ahorcar al general Prato, hasta el punto de casi matarlo. El obeso militar queda tendido en el piso, desmayado.

-A ver ¿Quién más se ganó sus “hermosos” collares de la misma forma?- enseguida los Narcosoles se quitaron los collares y los escondieron de la vista de aquel pontífice de la fe Umpalumpa.

-Volvamos a lo nuestro. Este cráneo era de un hombre con mucho conocimiento. Demasiado, lo siento y a la vez envidio a Nicodemo y a la vez temo. Una pregunta ¿Están seguros que el cerebro de Nicodemo podrá contener toda esta sabiduría? Recuerden al astrofísico Steven Hawking. Su conocimiento era demasiado que desbordo su cerebro, entumeciendo su cuerpo ¡Os advierto!

-¡Oh! Gran Omkhulu. Mírele nada más el tamaño a Nicodemo. Además le puedo asegurar que el cerebro de Nicodemo tiene bastante espacio libre- aclara el Ministro de Finanzas, el General Víctor Torres, ante las risas ahogadas del resto de los Narcosoles.




Entre tambores, llamaradas, figuras hechas con cal en el suelo, frutas, animales sacrificados y canticos en quimbo y oraciones quimbiambo, comienza la ceremonia del “Totumanku”. Nicodemo está sentado semidesnudo sobre un pequeño taburete, en medio de una elaborada figura hecha con talco en el suelo. 

Con betún blanco, negro y rojo, le han dibujado varias figuras en el rostro, en el pecho y en la enorme panza. En la cabeza lleva una especie de corona en forma de nido de pájaro, hecha con paja y plumas, de las que sobresalen dos largas hojas de algún árbol, emulando las orejas de un burro. O por lo menos esa es la impresión que da.


Entra en escena el Gran Omkhulu con su vestimenta regular. Según su nueva filosofía del culto a Umpalumpa, el sacerdote no debe vestir prendas lujosas en las ceremonias, pues éste es sólo un sirviente. En su mano izquierda lleva el cráneo profanado de Rómulo Vargas Pietri colocado al revés, emulando una vasija, lleno de un líquido que despide una llama azul muy tenue. En la mano derecha, el Omkhulu lleva un ramo largo rudas. El sacerdote se para en frente de Nicodemo y comienza a recitar oraciones en quimbiambo, que lee directamente del Chacumbele Popol Vuuh, que uno de sus asistentes carga. La música de los tambores e hace más intensa. El Omkhulu le entrega a Nicodemo el cráneo ardiente, aún lleno de restos de tierra y le ordena comenzar a beber. De pronto el idioma de las oraciones cambia a uno que el beneficiado del ritual va a entender:

-¡Oh Umpalumpa todopoderoso! Permite que este cuerpo decadente y esta mente miserable…- Nicodemo voltea hacia el orador con desagrado. El Omkhulu le da un latigazo con las ramas para que se concentre. -…esta mente miserable y ruin, sienta los poderosos efectos de la bebida sagrada…



Nicodemo apaga las llamas de la bebida con un soplido y comienza a beber.


-Umpalumpa, deja que la bebida de las siete leches: león, antílope, cebra, jirafa, elefante, cabra y gorila, penetre este cuerpo…- Nicodemo comienza a sentir ganas de vomitar. Pero el gran Omkhulu le da otro par de latigazos con la rama y uno de los asistentes del sacerdote se acerca al oído del hombre advirtiéndole que si llega a vomitar, hay que hacer todo de nuevo, incluyendo buscar un nuevo cráneo. Nicodemo se traga todo aquello, al coro de los asistentes que dicen una y otra vez “asalqad asalqad” (fondo blanco).

Nicodemo está rojo como un tomate y asqueado de lo que acaba de beber. Su estómago hace como un trueno y las primeras flatulencias comienzan a salir, mientras los presentes celebran dando rienda suelta a sus necesidades carnales con comida bebida y sexo. Este pregunta si puede beber agua y el Omkhulu luego de un latigazo con la rama de ruda le dice que no, porque viene la segunda toma, con la bebida de los siete miaos.



Han pasado tres días después de la ceremonia los cuales Nicodemo lleva encerrado en el baño de su despacho. La diarrea es intensa y Doña Celia sólo le provee de agua y alimentos a base de plátano verde. El Omkhulu dice que esto es normal, que todo sale según las “escrituras”. Cuando la diarrea para y se oye el bajar de la palanca, Nicodemo pide que nadie lo moleste y cierra la puerta de su despacho. Nadie, ni su mujer pueden entrar a ver lo que sucede. Así lleva una semana. Ministros y Militares están intrigados y preocupados porque algunas decisiones, que ellos han tomado por considerarlas adecuadas a sus intereses, requieren, al menos por cortesía, del visto bueno del “Presidente Ignaro”.

Nicodemo convoca a sus ministros, magistrados del TSJ y al alto mando militar a su despacho. Todos se reúnen rápidamente y entran para saber sobre su estado. Tamaña sorpresa al ver encima del escritorio de Nicodemo, un montículo de libros, una vieja máquina de escribir y un montículo de papeles escritos con ella. Nicodemo sale del baño y comienza  a hablar.

-Buenos días, mis amigos inservibles. Los he reunido para participarles mi decisión de seguir adelante con el “Referéndum Revocatorio”.


El grupo de funcionarios se escandaliza y comienzan a hablar entre ellos y a recriminarle a Nicodemo las consecuencias de tal decisión. Incluso se escuchan amenazas, que Nicodemo pacientemente escucha.

-¡Silencio señores!- exclama el Presidente. –Mi decisión es irrevocable.

“¿Y cómo piensas hacer? El tuyo es el peor gobierno jamás vivido en la historia del país…”, se oye decir entre el tumulto.


-Señores. La solución siempre la tuve frente a mí- señala Nicodemo la enorme biblioteca que está en el despacho. –El viejo presidente Rafael Calderón, el mismo que liberó a Panelo, una vez más viene en nuestra ayuda, sin proponérselo. Él fue el que trajo esta biblioteca. Cada uno de estos títulos, de prestigiosos autores, son como un gran manual de usuario, para el que ocupe esta silla.




“¡Se ha vuelto loco como Diógenes Escalante!”… se oye otra voz en el tumulto.


-No, para nada. En el tiempo que tarde Tibisí en organizar y ejecutar la consulta, yo pienso poner en marcha un plan de recuperación de nuestro gobierno, basado en las enseñanzas de estos autores. Miren, Yo me decía socialista, y tenía esta gran obra, “El Capital” de Karl Marx como pisapapeles. En tres días lo leí y lo contrasté con esta Historia del análisis económico de Joseph A. Schumpete y este ensayo de Amartya Sen, sobre la Pobreza. Además este otro libro, La riqueza de las naciones de Adam Smith Tiene principios básicos que no se están ejecutando.



“¿Cómo vas a hacer con Harold Alfaro?”

-¡Tranquilos! Que en mis infortunados momentos de evacuación, secuelas del tratamiento espiritual al que me vi sometido, leí estas dos herramientas maestras de la política “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo y “El Leviatán” de Thomas Hobbes. Cada una de las palabras de este enemigo tendrá la debida respuesta. Insultos respetuosos saldrán de mi boca, y palabras de aliento para las bases de este movimiento que Panelo me heredó.



¡Vean! Recuperé esta vieja máquina de escribir, para llevar un registro de mi nueva épica. La titularé “Don Bárbaro, el Trepador”. La historia de un joven bohemio e ignaro, que llega a la presencia, llevando a su país al caos y la hambruna, pero que luego de recibir la iluminación, derrota la adversidad. Una historia de amor, dolor y suspenso, con cierto tono autobiográfico.

-Ajá ¿Y qué Piensas hacer? Pregunta el General Pérez Torres, Ministro de Economía.

-Lo primero: Eliminar el Control de Cambio, levantaré todos los controles de precio, devolveré las empresas expropiadas y crearé un sistema de incentivos fiscales para que la empresa privada nacional y extranjera vuelva a invertir en el país.

El pánico invade a la poblada de funcionarios que no pueden creer lo que Nicodemo ha dicho.

“¿Vas a arruinar mi negocio maldi&/%$#?”, “¿Y ahora que vamos a hacer?”, “¡Que bolas tiene este!”… son las voces que se oyen en el despacho y los pasillos.

-¡Silencio! Mi segunda decisión es más polémica que la primera, pero necesaria. Todos mis ministros militares activos, desempeñando estos cargos contraviniendo la ley y la civilidad, y en algunos casos usurpando funciones y competencias, quedan destituidos y volverán a sus cuarteles, se les asignarán nuevas funciones y en aquellos casos en los que hayan cometido dolo, serán sometidos a la justicia militar por traición. Por cierto Prato. He decidido que el Almirante Moisés David, continúe en funciones como Ministro de la Defensa. He leído tu expediente…


-¡Leyó! ¿Y desde cuando usted lee?

-¡Silencio! Deje hablar. Como le decía, usted no cumple con los parámetros mínimos para dicha responsabilidad. De hecho ya le participé al Almirante mi decisión.

El General Marcos Abad, ministro de comercio e industria mira con cara de pocos amigos al General Gorgojo Sorio -¡Tú tienes la culpa de esto!- y entre recriminaciones y amenazas los funcionarios corren en desbandada.

Aristofalo mira todo aquello sonriente. Está convencido que es una animalada más del “burro” Nicodemo, que lo acerca cada vez más a su fin, hasta que una sentencia le quita la sonrisa: Voy a nombrar a Nickmar Eduards como mi nuevo vicepresidente. Si mi plan fracasa, dejaré a Venezuela en las mejores manos.



-¿Qué? ¡Jah! ¿Me estás botando? Y me cambias por ese mequetrefe que fue expulsado del PUFS. Ya verás que el #CapitánHallaca no lo va a dejar meter en el partido.

-No importa lo que diga el #CapitánHallaca ni su banda de criminales uniformados, los “Narcosoles”, los entregaré a todos a la DEA. Le diré a Chanon apenas te vayas de mi oficina. La colaboración en materia de combate al delito internacional, me dará la confianza que necesito de los entes multilaterales para obtener la ayuda que necesito para rescatar la economía.

-¡Te has vuelto loco!- Aristofalo huye despavorido del despacho.

Nicodemo queda solo en su despacho y murmura:

-Tengo que dibujar este momento, con florida narrativa en este capítulo de mi historia.

Los ministros militares de Nicodemo se reúnen consternados a las afueras el palacio, llevando al general Gorgojo Sorio arrastras:

-¡Tú tienes la culpa de esto!- recrimina el General Prato.

-Pep... pero yo no pensé.

-¿De cuándo acá tú piensas jala bo/(&$?- recrimina Pérez Torres -¡Eliminar el control de cambio! Como un dominó e va a descalabrar todo el sistema de controles que nos ha enriquecido todo este tiempo. Voy a volver a mi unidad ¿pero sabes qué? Antes del amanecer voy a meter un T90 por las puertas de este palacio y le voy a rodar encima a Nicodemo. Ahora que es inteligente, será como Steven Hawking.

-Señores cálmense- ruega Gorgojo Sorio.

-¿Cómo nos vamos a calmar? Te apuesto que en medio de su “iluminación” debe estar pensando entregarnos a la DEA. Traeré mis tropas a acabar con esta ciudad cuanto antes- El resto de los generales se queda atónito con las palabras de Marcos Abad. Incluso se oye alguno decir “tiene razón”.


-Señores en serio se los digo. Tiene que haber un error. Antes que decidan derrocar a Nicodemo, déjenme ir con el Gran Omkhulu a ver qué fue lo que pasó ahí.

-No vas a ir tu solo, vamos a ir todos. Además no se les olvide que Harold Alfaro se va a morir, pero de la risa cuando sepa de este ¡chó! Si vamos a traer los tanques, hay que abolir la Asamblea a tiros también- sugiere el general Desfalco Bolívar.

En una habitación del Hotel Meliá de Sabana Grande, El Gran Omkhulu y sus dos asistentes se preparan para volver a Sudáfrica. De pronto tocan la puerta.


-¿Quién es?

-Mire es el General Gorgojo Sorio.

-Pase adelante.

El general Gorgojo Sorio pasa junto con los generales Prato, Pérez Torres y Marcos Abad.

-Mire venimos porque hay un problema con Nicodemo.

-¿No paran las diarreas? Usen agua de babandí.


-No, no mire. El caso es que el hombre es ahora…- Gorgojo Sorio sudoroso y tembloroso se queda callado -… es Inteligente. Y está tomando unas decisiones que nos perjudican a todos. Está echando el “Plan de la Patria” que le dejó Panelo a la basura y  lee libros ¿Ha visto? Y cuestiona todo lo que sucede y hasta está escribiendo una novela.

-Bueno, eso era lo que esperaba que sucediera.

-¡Queríamos un tipo más fuerte y autoritario! ¡Que infundiera terror en las masas! Y que tuviera la dureza de un gran tirano, que beneficiara los negocios del Partido Unido Fascista Socialista y que me ascendiera a Ministro…- reclama Prato.
-Eso no iba a ser posible.

-¿Por qué?

-Fácil General… ¿Abad?... El “Totumo”- el cráneo - que me trajeron era de un hombre letrado. Un docto de las ciencias y las artes literarias. Un político honesto, un caballero de carta cabal.

-¿Artes literarias? Pero si Isaías Gómez Jiménez era Ingeniero.

-No. Yo le pregunté al difunto su nombre durante la ceremonia y me dijo que era Rómulo Vargas Pietri.

-¡AY SU MADRE! ¿Cómo puede ser posible? Yo le fui claro a “Perra Loca”.

-¿Perra Loca? ¿Mandaste a Perra Loca a buscar la clavera para Nicodemo?

-Prato. Es el Alcalde. El que se ocupa del cementerio.

-Pero si Perra Loca, es como las moscas. Donde se para, la cag&/%. Perdimos las elecciones a la asamblea por su culpa. Ahora tenemos a Harold. Van a hacer el revocatorio porque reunieron el doble de las firmas. Lo mandas a buscar un muerto y te trae el que no es ¡Coonñ()/&%&$ de su ma%&%$#!


-Bueno Bueno… Gran Omkhulu queremos que Nicodemo vuelva a ser el imbécil que era antes.

-Pues no hay problema mis hijitos. Ya me extrañaba. Normalmente me llaman los dictadores africanos para beber de los cráneos de grandes guerreros, locos y asesinos. Pero cuando vi ese portento intelectual, al principio sospeche, luego me dio hasta envidia. No hay problema, para que Nicodemo vuelva a ser el necio miserable que era antes, tráiganme la calavera de un burro. Pero tiene que ser del pueblo aquel en Colombia, de donde es el… 

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Dedicado a la memoria de los ilustres: 
Rómulo Gallegos, José María Vargas y Arturo Uslar Pietri.


  

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